Viejas cartas rescatadas
del cajón de la memoria
donde dormían calladas,
marchitas de polvo
y ajadas de sombras.
Envueltas de olvido,
atadas con lazos de recuerdos
que cansados y perdidos,
se deshacen entre mis dedos
al intentar desatarlos ahora.
Viejas cartas olvidadas
de un pasado muerto
que ya no significa nada.
Ya no produce dolor ni lágrimas
y sólo una leve sonrisa
a mis labios aflora
mientras mis ojos vagan
leyendo las líneas que tu mano
transformo en palabras vanas.
Qué niña fui y qué tonta;
qué ilusa al creer en me amabas.
La vida pasa y con ella el tiempo
que vuelve a traernos
situaciones ya olvidadas.
Más esta vez no habrá cartas,
el olvido se llevó el sentimiento
y ya por ti no puedo sentir nada.
Carmen
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo


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