martes, 28 de diciembre de 2021

ÁNGEL - Elefante


"Te encontré de madrugada
Cuando menos lo esperaba
Cuando no buscaba nada te encontré
Pregunté con la mirada
Tu sonrisa me invitaba
¿Para qué tantas palabras? ¿Para qué?"

Tu sais je vais t'aimer - Diana Panton


"Tu sais que je t'aimerai même si tu n'es pas avec moi. 

Je t'aimerai au-delà de la mort, éternellement je t'aimerai. 

Ni la distance ni le temps ne pourront faire face à cet amour, 

bien que cet amour doive être vécu seul et en silence."


Carmen

lunes, 27 de diciembre de 2021

QUISIERA DETENER EL TIEMPO


Hoy quisiera detener el tiempo en mis manos. Arañar segundos a la vida mientras vuelvo la vista atrás y le robo recuerdos al silencio que se fue adueñando de nosotros. Segundos que habría de volver eternos en el beso que pudo ser y se quedó colgado de mi pensamiento como el suspiro que murió en mis labios cuando al nombrarte, mi voz se la llevó el viento y vagando en soledad, de tristeza murió.

Hoy quisiera retener aquellos momentos en los que tus brazos furtivos sostenían mis pasos como el guardián invisible que acompañaba mi lento caminar. Quisiera retener tus ojos anclados para siempre en los míos y así, perdida en tu luz, volver al sueño de la eternidad.

Hoy quisiera detener el tiempo en mis manos, sentir que eres vida y no ilusión en mi para poder volar muy alto, más allá de esas nubes peregrinas que vierten sus lágrimas hoy sobre mi. Sentir el calor del amor calentandome el pecho, llenando por siempre el vacío que dejaste, curando la herida incurable que causaste en mi corazón.

Hoy quisiera detener el tiempo en mis manos, pero el tiempo impasible y cruel se escapa como arena entre mis dedos y se ríe otra vez, sin piedad de mí. 

Hoy quisiera lo imposible, lo que se que ya jamás volveré a vivir.



Carmen

(27 de diciembre del 2021)



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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo


 

QUÉ IMPORTA YA...


Qué importa si te ame o me amaste,
o si quizás tan solo fuimos 
el despertar de un mal sueño,
el suspiro que quebrantó nuestros pechos.
Qué importa si creí en tus palabras
o que tu pensaras que me amabas
mientras ambos nos perdíamos
tras el llanto infinito de esas
nubes de tormenta que nos embargaban.
Qué importa ya si te creí o me mentiste,
si fuí inocencia a merced de tu crueldad,
si para ti siempre fui buena para nada
mientras yo adoraba tu presencia en mi.
Qué importará ya...
Hoy la muerte es la única que me abraza,
mis sueños están poblados
de negros miedos que me matan,
de tristezas enormes que me asolan,
de helado llanto,
de abandono,
de inmensa soledad
que no consigo llenar con nada.
Ya no importa, no.
Ya no importa si te perdí o me perdiste,
si callé lo que no dije
o simplemente nunca escuchaste
a mi pobre corazón que era quien te hablaba.
Ya no importa...
No importa que todo lo perdiera,
yo que nunca tuve nada.
No importa...
Ya no busco, ni espero, ni deseo nada.



Carmen 

(27 de diciembre del 2021)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo


 

QUIÉN SOY?

Foto de Engin Akyurt en Pexels


Yo que creí saber quién era,
que creí que era un alma libre
que había encontrado
su camino en esta tierra.
Un espíritu inquieto
vibrando alto en el viento,
elevando al cielo mi esencia.
Yo que me creí ganadora
de esta pesada guerra,
que me creí brisa de un mar
que jamás llegó a existir.
Hoy me pregunto,
mirándome al espejo de mis días,
¿quién soy?
y no encuentro más respuesta
que el silencio de unos labios
que jamás llegue a besar
y que hoy se pierden
tras la niebla de la ausencia.
¿Quién soy...?
Un puñado de versos,
letras indelebles que mueren en mis manos
como papel quemado 
que arrastra el viento.
Palabras que permanecerán eternas
entre estos dedos míos
que las vieron nacer y crecer,
exaltados sentimientos
que hoy el tiempo arrastra lejos.
Soy quizás la guerrera,
la que lucha por seguir
este camino tortuoso
por donde se pierde la esperanza
y mis ojos se abren a la oscuridad,
esa negra oscuridad que me habita
hoy el corazón y el alma.
¿Quién soy...?
Soy ese pequeño ser
que se creyó valiente
y sigue buscándose
mientras da vueltas y más vueltas,
girando sobre si mismo
a sabiendas de que un día
habrá de detenerse al fin
aunque finalmente,
no haya encontrado 
para su pregunta respuesta.


Carmen

(27 de diciembre del 2021)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo



 

domingo, 26 de diciembre de 2021

BÉSAME...




Bésame como el rocío
besa la tierra que piso.
Talla mis labios con 
la premura de tu aliento
hasta hacerme perder el sentido.

Bésame como si el día no tuviera fin,
como si el tiempo fuera eterno,
como si el reloj, se hubiese detenido.
Hazme temblar como hoja al viento
mientras mi alma se deshace en suspiros.

Bésame, bésame despacio y en silencio
uniendo el fuego de tu aliento al mío
en la tormenta perfecta
que ha de despertar mis sentidos
y nos elevará al infinito.

Bésame hoy, que el mañana no existe
y el ayer se ha ido.
Como si fuéramos un sueño
dentro de este ahora finito,
hasta despertar aquello que estaba dormido.


Carmen

(26 de diciembre del 2021)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo






 

domingo, 19 de diciembre de 2021

QUIÉN PODRÁ...?



Foto de Tereza Ferraz


¿Quién podrá borrar
los recuerdos que guardo dentro?
¿Quién intentará tan solo
arrancarlos de mi pecho?
Nadie, nadie podrá hacerlo
ni siquiera tú que fuiste
el primero en intentarlo
ni siquiera tú,
aunque te empeñes,
aunque te esfuerces,
jamás podrás arrebatarme
lo que guardo muy profundo
aquí en mi pecho.
Serán míos para siempre,
míos todos mis recuerdos,
aquellos que escribiste
en mi piel,
lo bueno y lo malo,
tatuando con sangre
el veneno de tus besos.
Serán míos,
porque aunque quisiera,
ya no puedo devolvertelos.
Fuiste amor vivo
que sucumbió al olvido 
al morir los sueños. 


Carmen

(19 de diciembre del 2021)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo


jueves, 16 de diciembre de 2021

FRÁGIL


Hoy me siento así,
frágil y perdida
como esas hojas marchitas
que tiemblan con el viento.
Estoy cansada de ser fuerte,
de aparentar que no pasa nada,
que no siento dolor
porque nada me duele.
Estoy cansada...
Cansada de estar ahí siempre,
para otros, para todos
y ser después olvidada.
Cansada de las ausencias
y los mudos silencios.
De los porqués sin respuesta,
de los no mires atrás
y sigue adelante.
Hoy solo quisiera ser
húmeda arena
en alguna playa lejana.
Dejarme arrastrar por el mar,
ser mecida por sus olas
de espuma blanca.
Encontrar en sus brazos de agua
el abrazo tan necesario
que necesita mi alma.
Hoy me siento así,
pequeña, insignificante,
menos que nada.
Y quisiera derramarme en llanto,
ser aguacero más allá de la mirada
pero ya es tarde,
no me quedan lágrimas.


Carmen

(16 de diciembre del 2021)


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Soy todo lo que tengo


 

miércoles, 15 de diciembre de 2021

UNA NAVIDAD DE CUENTO


Se acerca Navidad y este año me propuse actualizar el evento que motiva esta celebración. Para ello, supongamos que los hechos suceden en pleno Madrid, en uno de sus barrios más populares y céntricos. Sumemosle una joven que en breve será madre soltera, amén de no tener ni donde caerse muerta; a la cual, junto a otras personas de toda índole acaban de desahuciar del edificio semi ruinoso donde mal vivian como okupas. Un joven al que acaba de conocer, tres hermanas piadosas... Y casi, casi... Tenemos el belén montado.

Situémonos en la calle del Amparo, donde muchos desvalidos encuentran refugio, donde conviven y convergen como si fuera una nueva Babilonia todas las razas, todas las lenguas y todas las religiones.

En la calle del Amparo todo es posible, incluso los milagros. Es allí, en esta estrecha calle de envejecidas viviendas donde transcurre esta historia, porque en esta calle, como  en cualquier otra calle del madrileño barrio de Embajadores, cabe el mundo.

La mañana del día veinticuatro de diciembre amaneció más fría que las anteriores. En el ruinoso edificio abandonado donde conviven varias familias que no tienen otro lugar donde resguardarse de las inclemencias del tiempo, tan solo se escuchaba de rato en rato el llanto de un niño reclamando un alimento que sus padres no podían darle.

Aquel día era el previsto para que las autoridades vinieran a desalojar a aquellos pobres desgraciados y ninguno sabía dónde iría después ni dónde pasarían aquella noche. Eran muy distintos entre ellos, no solo en forma, sino también en género y creencias pero entre ellos, aun sin entenderse por hablar distintos idiomas, había creado un vínculo que podía decirse que era lo más parecido a la familia que no tenían.

Entre esta mezcolanza se encontraba María, una joven de apenas dieciocho años que esperaba su primer hijo para uno de aquellos días antes de fin de año. Se había unido a aquella extraña y gran familia hacía apenas una semana y fue José, otro de los jóvenes que allí habitaba, quien la había encontrado una noche acurrucada en un portal, sola, aterida de frío y aterrorizada.

Bien entrada la mañana, algunos de aquellos desventurados, iniciaron por propia voluntad el éxodo a ningún lugar. Calle arriba, en silencio y cargando las poquísimas pertenencias que atesoraban. El comisario del distrito había mandado un par de patrullas al lugar, no porque presintiera que aquellos pobres causarían problemas al desalojarlos, sino más bien, como prevención de que aquellos pobres no tuvieran problemas por parte de los vecinos de aquella calle. Sabía que en aquel barrio eso era poco probable, pero tenía que cubrir expediente ante sus superiores.

María, lloraba desconsolada mientras abrazaba su tripa como si con ese abrazo pudiera proteger a su hijo de todo lo malo. No había tenido suerte en su joven vida. Le tocó nacer en una familia desarraigada y desestructurada. No había conocido a su verdadero padre y los padrastros que habían ocupado su lugar le habían dado una vida que ella no deseaba para nadie. Aquel niño aún por nacer, era fruto de la violación de su último padre postizo una noche que llegó borracho a la casa y ella, al saberse embarazada escapó tratando de burlar una suerte que parecía no querer dejarla.

José, poco mayor que ella, trataba de consolarla. Él estaba en un país que no era el suyo y se sentía solo y tan desgraciado como aquella frágil muchacha. Había viajado hasta aquí en busca de un sueño dorado y había descubierto demasiado pronto que al final de aquel sueño no había oro, sino hojalata. Pese a su propia frustración y desesperanza, trataba de animar y confortar a aquella joven a la que casi no conocía pero a la que se sentía unido por la desgracia.

Caía la tarde a pasos agigantados cuando el sargento Ramírez instó a los últimos rezagados a abandonar el edificio y ordenó a sus hombres que precintaran la entrada. José cargó a su espalda las pocas pertenencias que tenían y ayudó a María a ponerse en marcha.

En el mismo instante en que que salieron a la calle gruesas gotas comenzaron a caer como si el cielo mismo llorara por su marcha. Pocos metros después, María sufrió una contracción tan fuerte que no pudo seguir caminando. La lluvia comenzó a caer con fuerza y el sargento Ramírez, comprendiendo lo delicado del caso, se acercó a los jóvenes mientras daba orden a sus hombres para que llamaran a una ambulancia.

De la casa de enfrente, un edificio algo más aparente que el resto, salieron tres mujeres ya mayores y hermanas que habían seguido los acontecimientos desde sus ventanas. María temblaba de frío y se encogía de dolor ante cada contracción mientras José no sabía que hacer y era un manojo de nervios debajo de sus ropas empapadas por la lluvia helada. El sargento trataba de imponer calma aunque en el barullo que se formó alrededor de ellos no se podía escuchar nada.

De repente se oyó a una de aquellas tres ancianas que a voz en grito pedía cordura a todos y ordenaba que entraran a la joven a la casa.

Varios agentes ayudaron a José y María a entrar en la casa de aquellas ancianas y la llevaron a una de las habitaciones donde aquellas buenas samaritanas se hicieron cargo de la situación mientras aguardaban la llegada de la ambulancia. Acomodaron a aquella niña en una cama de sábanas inmaculadas y trataron de calmarla con palabras cargadas de amor y esperanza. La ambulancia no llegaba y las contracciones de María se aceleraban vertiginosamente. El sudor perlaba la frente de la joven que llamaba a José desesperada. 

Cerca de la media noche, por fin llegó la ambulancia. El médico asistió el parto de María en aquella misma cama que tan amablemente le habían cedido Mercedes, Gloria y Begoña, aquellas angelicales hermanas. Nació un hermoso niño de piel muy blanca y enormes ojos que muy abiertos parecían mirarlo todo y a todos y puso una sonrisa en sus caras.

Cuando el médico le preguntó a María como quería llamar a su bebé, ésta miró a José y ambos dieron la respuesta que todos esperaban... Se llamaría Jesús, en honor de aquel otro niño que había nacido hacía tanto en circunstancias parecidas a la suya y como el milagro que era, al repetir la historia, traía a todos una nueva esperanza.

Y así fue, María, José y el niño Jesús, se quedaron a vivir en casa de aquellas tres hermanas. Las cuales, viudas y sin hijos, los acogieron de mil amores y les dieron la vida que  ellos jamás soñaron con alcanzar a vivir. Mercedes, Gloria y Begonia, fueron en esta historia los tres reyes magos... o mejor dicho... las tres reinas magas y el sargento Ramírez, junto a su señora, aceptaron ser los padrinos de bautizo y de boda en aquel belén improvisado que el fin de año les regalaba.


Carmen

(15 de diciembre del 2021)


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Soy todo lo que tengo




sábado, 11 de diciembre de 2021

ROTA


Y fue así, después de tantos dolores, tantas penas, tantas pérdidas. Después de tantas lágrimas, tantos abandonos, tanto sufrimiento. Después de tanta desolación y tanta soledad, al fin, un día su alma no pudo más y estalló, se quebró en mil pedazos y desapareció.


Carmen

(11 de diciembre del 2021)


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sábado, 4 de diciembre de 2021

SOLEDAD

 


No fue la gran soledad, no.
A esa soledad ya la conocía
y no me asustaba,
era amiga de mi alma atormentada.
Fueron esas otras soledades
ocultas por una fina 
capa de esperanza.
Fue el frío del vacío,
que a pequeñas dosis
me hizo tragar
la más cruel desesperanza.
Fueron las espinas
del abandono,
del adiós sin palabras,
las que fueron desgarrando
poco a poco 
mi corazón y mis ganas.
El tiempo que tejió,
con fino hilo de olvido,
esta tela de araña
que enmaraña mi sentido.
El miedo aterrador,
la oscuridad que me embarga.
Los sueños de un día
que al desvanecerse,
dejaron mi cuerpo yerto
y desnuda mi alma.
No, no fue la gran soledad...
Fueron esas otras soledades
pequeñas e insignificantes
que el amor me regalaba.
Ellas fueron sin dudarlo
las que acabaron
con mis ganas
de amar y ser amada.


Carmen

(4 de diciembre del 2021)


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Soy todo lo que tengo






viernes, 3 de diciembre de 2021

SI HUBIERAS QUERIDO... (Pablo Alboran)



"... Pude ver lugares bonitos
Pude imaginarlos contigo
Hubiera caminado descalzo y con frío
Si hubieras querido..."

COMO HUMO


Como humo que desaparece
quisiera esconderme
al amparo de las sombras,
borrar mi recuerdo
de todas las memorias
y olvidar,
olvidar como se olvida
de mi pobre persona
aquel al que mi boca,
cansada y sola,
ya no nombra.
Como humo,
impersonal,
efímero,
incierto,
al que un viento helado
llevó lejos
una noche sin aurora.
Como humo...
gris, anodina,
sin esperanza alguna,
amargamente sola.


Carmen

(3 de diciembre del 2021)



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Soy todo lo que tengo







"HUMO"
Jarabe de Palo





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