lunes, 1 de junio de 2015

MUJER FATAL

Pintura de Jacqui Faye

MUJER FATAL


- Es usted "¡une femme fatale!" 

Le soltó a bocajarro aquel periodista de enmohecido gabán y raído sombrero.

- ¡Yo! ¿Yo una mujer fatal?

Respondió ella tras una pose de fingida sorpresa en su voz y sus gestos.

- ¡Usted, sí, usted.! Usted con sus aires de gran diva, sus vestidos ajustados que al andar cimbrean el escultural junco que es su cuerpo, dejando a su paso mareado al personal que se queda prendado para siempre de su hermosura. ¡Usted, sí, usted! Usted que se ríe al pasar de todos ellos y hace caso omiso a sus suplicas, suspiros y jadeos y con una mueca en sus labios de muñeca,  les regala su desdén eterno.

- ¿Cómo se atreve a juzgarme, caballero? ¿Se ha preguntado acaso qué motivo me impulsó a resaltar mis encantos para vengarme así de los pobres y memos que solo se fijan en la apariencia de un cuerpo de mujer? Yo se lo diré, sí, se lo diré una sola vez. Escúcheme y olvídelo después porque yo negare siempre que se lo conté. Sin grabaciones, ni anotaciones, sin citas ni referencias a lo que le cuente... ¿Acepta usted ese acuerdo?

- Sí, sí, por supuesto.

- Bien. Le diré, caballero, que llevo el alma hecha jirones, un corazón malherido, una pena que me ahoga por bufanda y la maldición de una traición por abrigo. Que la vida me enseño a palos, que es mejor un buen ataque que la mejor de las defensas y tomar la iniciativa es muchísimo mejor que sentarse a esperar acontecimientos. Que hace mucho que un mal nacido asesinó mi joven inocencia y me jure a mi misma que no habría ningún otro capaz de hacerme lo mismo. Que lloré ríos de sangre y me juré no volver a enamorarme de ningún hombre, porque el hombre que merece mi amor, aún no ha nacido.

- Pero usted no sabe si todos aquellos que se pasman a su paso, se portarían como aquel tipo....

- Piensa que no siento como me miran, como me desnudan con sus miradas lascivas ni puedo escuchar en mi mente sus pensamientos corrompidos? Lo se, se lo que piensan, lo que sienten, lo que desean, lo que ven en mi... Y me río... Vaya que si me río de todos ellos. Y por un instante puedo ser feliz, feliz de ser para ellos lo inalcanzable, lo prohibido... Eso significa la mueca de desdén que les regalo y ahora... Ahora, dígame... ¿Sigo pareciéndole una mujer fatal, caballero?

 El hombre guardo silencio unos minutos mientras parecía cavilar y debatirse con sus pensamientos, hasta que en un suspiro y mientras se atrevía a mirarla frente a frente a los ojos, le dijo:

- Sí, para mí usted sigue siendo "une femme fatale"... La mujer fatal de mis sueños y de los sueños imposibles de muchos otros.

Ella le guiñó un ojo con picardía y le regalo una sonrisa verdadera, una sonrisa como hacía tiempo que sus labios no emitían.

- ¡Bien! Ya lo sabe, caballero... Este será nuestro secreto. Nadie más ha de saberlo... ¡Ha sido un placer conocerlo!

Y levantándose del mullido sillón, se estiro el ajustado vestido, extrajo del bolso un pequeño espejito, se retocó el maquillaje y echó a andar por el vestíbulo del vetusto hotel mientras el periodista la seguía con la mirada hasta perderla entre el gentío que pasaba por la calle....


Carmen

(1 de junio del 2015)



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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo

1 comentario:

  1. Siempre existe un misterio oculto dentro de cada Ser, y un porqué de sus actitudes, cada uno carga su propio mundo a cuestas. Comprender los demás es un arte que requiere abstracción y observación profunda porque cada ser humano es portador de sus propios dramas, alegrías o tristezas. Tu relato es todo eso... real y exquisitamente humano.! Es admirable como delineas cada relato con la pluma de tu inspiración. Gracias... leerte es un placer. T.A.I - DdS

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