FUI ARCILLA ENTRE TUS MANOS
Fui arcilla entre tus manos,
alfarero cruel que deshojaste
uno por uno todos mis sueños.
No te sirvieron de nada
ni mis suplicas ni mis ruegos,
perseguidor de sueños imposibles
solo fuiste capaz de mirar tu ombligo
sin darte cuenta que tu empeño
mataba en mi toda esperanza.
Fui arcilla, sí...
Arcilla que tu modelaste.
Arcilla que en tus manos
perdió sus formas originales,
perdió la pureza de si misma,
perdió la fe en tiempos mejores
y a fuerza de modelarla,
cambiarla, mutarla,
por completo anulaste.
Y después...
Después de todo soy la nada,
inservible para ti ni para nadie.
Abandonada a mi suerte
a un lado del camino,
secándome al sol inclemente
de tus juicios y prejuicios.
Atormentada hasta mi muerte.
Ya nunca seré arcilla
entre tus manos.
Soy barro,
nada más que barro,
insignificante mezquindad
que ha de ir diluyéndose lentamente.
Carmen
(25 de junio del 2015)
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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