Has reunido todos los pedazos de mi corazón,
me has recompuesto del suelo y la nada.
Has forjado de nuevo mi alma,
moldeando sus formas de manera callada
como el alfarero que espera ver surgir
del barro húmedo su mejor obra.
Has pintado una sonrisa en mi cara,
un arcoíris de colores en mi vida,
una ilusión nueva llena de dicha,
como el pintor que maneja sus pinceles con destreza.
Eres el reflejo que ilumina mis noches,
la luz que da vida a mis días,
pensamiento hecho poesía.
Eres el sueño jamás soñado,
la esperanza que me da de nuevo vida.
Eres lo dulce que me queda,
lo mejor que tiene mi día,
la alegría de saber que aún sigo viva.
Eres el suspiro callado que brota,
el susurro que lleva el viento
cuando mi cuerpo acaricia,
el rayito de sol que caldea mi corazón
y el reflejo de luna que deseo.
Has sido... eres...
el dueño y señor de mi vida.
Carmen
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