Hoy mi mente está cansada,
anda pasando lista a sus recuerdos.
Los que fueron, los que no llegaron,
los que se quedaron, los que ya no están.
Las promesas rotas, los sueños olvidados,
los amores vacíos, los que perduraron.
Hoy mi mente está cansada,
hizo un gran esfuerzo en separarlos,
aun lado los recuerdos yertos, amargos,
esos que nunca debí guardar
y al otro lado aquellos hermosos y dulces
que mi alma un día llenaron.
Hoy mi mente está cansada,
se pierden mis ojos en un horizonte
que sólo yo logro ver en lo lejano
mientras fuera cae con fuerza la lluvia
golpeando los cristales de mi cuarto,
como si Dios quisiera despertarme
con sus dedos mojados de un largo letargo.
Hoy mi mente está cansada,
quisiera gritar hasta desgarrarme la garganta
pero la voz se niega a salir de mi.
De mis ojos se deslizan imparables las lágrimas
y siento que ya no suena en mi
la música cristalina de su risa
ni la sinfonía de caricias
que sus manos a mi cuerpo prodigaban.
Hoy mi mente está cansada
y siento la calma miedosa
de la tierra empapada por las lágrimas
y siento entre estas tristes nostalgias
que esta vida que hoy vivo ya no es mía,
que es una vida casi prestada.
Hoy mi mente está cansada,
he quemado los recuerdos baldíos
preservando los que alimentaron sólo el alma.
Fuera dejó de llover y el viento,
el viento susurra en mi oido,
cantos de sirenas de promesas deseadas.
Hoy mi mente está cansada,
he lanzado al aire y al agua las cenizas
de todo aquello que mi vida condenaba
y me he sentido Ave Fénix así renovada,
cansada pero feliz,
feliz de que todo terminará.
Carmen
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