ÉL...
Nunca se dio cuenta,
nunca supo ver,
el amor profundo
que ella le profesaba
ciego como estaba
intentando hacerse querer.
Nunca la dejó expresarse
la quería aprisionada
entre sus brazos y su piel.
Quiso poseer su alma,
su alma enamorada,
sin tregua ni respiro,
mientra sólo veía fantasmas
que pretendían robarle
su amado querer.
Tanto la apretó
que la vio poco a poco
como un ave de alas rotas
en lenta agonía fallecer.
ELLA...
Ella le amo desde siempre,
desde siempre se sintió
bendecida con su querer.
Por él rompió promesas
olvidando juramentos
y borró un pasado,
su pasado de mujer.
Se sintió suya
como de nadie antes lo fue
y la Luz de su mirada reflejaba
el inmenso amor que sentía por él.
Pero no bastaba lo que aportaba
a aquel amor ciego y egoísta
que la asfixiaba y ataba,
que no la dejaba ser.
Y poco a poco
se fue dando por vencida,
se fue hundiendo en las aguas
de la tristeza profunda
que le causaba su falta de fe.
Y se dejo morir de olvido
sin importarle nada su alma,
pensando siempre
en lo que pudo ser y no fue.
Carmen
(20 de abril del 2013)
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