Entre tus brazos encontré
el refugio de tu pecho.
La suavidad de tus manos
secando el llanto de mis ojos
y el latido de tu corazón
que supo ponerle música
y pintarle vida nueva
a este corazón mío
que se ahogaba de tristeza
y se sentía ya muerto.
Pero la vida es cruel
y duro demasiado poco
mi pobre consuelo.
Tu abrazo se deshizo,
se separazon las almas,
se perdieron los sentimientos.
Y en el vacío que me dejaste,
quedé huérfana y en silencio.
Y desde entonces voy buscando
unos brazos que me abracen
para no sentirme
tan sola como me siento.
Carmen
(17 de enero del 2022)
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