SOBRE CREER EN UNO MISMO
Desde pequeña he luchado por creer en mi misma, primero como Ser humano y después como Ser espiritual.
Nací con un cuerpo extremadamente delicado y con un corazón extremadamente sensible y a ambos tuve que educarlos para resistir. A mi cuerpo, le enseñe a luchar contra la enfermedad, superando estados contra todo pronóstico. A mi corazón le enseñe a cubrirse con una coraza cuando se sentía atacado, para resguardar en su interior, intactos mis sueños.
La vida no ha sido fácil ni benévola, me ha mostrado el Camino a través de grandes caídas y tropiezos. He bajado muchas veces a mis infiernos. Muchas de esas veces incluso deje de ver la Luz del cielo, pero siempre he logrado salir y remontar mi propio vuelo.
Aprendí a dar sin esperar recibir, a amar sin esperar ser correspondida, a vivir en soledad en medio de una multitud.
Nunca pedí ni busque, pues sabía que portaba en mi todo aquello que pudiera desear.
Nadie puede creer en mi más que yo misma.
Esa es mi verdad y es la verdad de aquellos que me leéis.
"Nadie puede creer en nosotros MÁS que nosotros mismos."
Cada Ser es la fuente de la cual surge todo aquello que hace, dice, piensa y siente. Creer en nosotros mismos, es creer en la Obra del Padre, porque cada Ser es energía, inteligencia y Amor palpitando, latiendo y queriendo expresarse a través de la vida misma.
El Ser, nuestro Ser, no es ni cuerpo ni personalidad. No vivimos en un cuerpo ni nos expresamos con una determinada personalidad, más bien somos el cuerpo y la personalidad que nosotros creamos ser. Toda nuestra actividad física y psíquica se fundamenta en nuestro Ser real invisible.
Podemos ser todo aquello que soñamos ser, sólo hemos de creer en nosotros mismos y nuestras capacidades sin prestar oídos a lo que los demás opinen de nosotros.
Confiar en mi misma me hace sentir libre y capaz de enfrentar cualquier desafío y para confiar en mi misma, tuve que aprender a aceptarme como soy con mis defectos y mis virtudes, porque soy un Ser Único en todo el Universo y en mí reconozco la Divina Creación del Padre.
Confiar en mi misma me da fuerzas para enfrentar cualquier cosa y salir airosa, no importa que salga bien o salga mal. Si sale bien, me alegraré de ello y si sale mal, me sentaré y analizaré donde estuvo el fallo para poder remediarlo la siguiente vez.
Confiar en mi misma me lleva a pensar siempre en positivo, porque aprendí que los pensamientos son como un poderoso imán. Atraemos lo que pensamos y por ello, yo decidí desterrar los pensamientos negativos lejos de mí. Cuando enfrento algo, lo hago pensando que ganaré. Me acostumbré a no tener pensamientos como: "no puedo", "no sabré", "no valgo" o "es imposible". Cada noche, antes de dormir hago un repaso de mi día y me permito sentirme orgullosa de mi misma y de mis logros.
Confiar en mi misma me hace mostrarme segura ante los demás y el efecto que esa confianza que deposito en mi, tiene en los otros, se refleja en su confianza en mí.
Y por último y más importante, para creer en mí, aprendí a asumir mis equivocaciones sin juzgarme ni criticarme. Asumí que no es posible acertar siempre ni caerle bien a todo el mundo, ni ser la más lista, ni la más popular, la más guapa, la más querida. Que todos esos conceptos preconcebidos están sólo en nuestras mentes. Que hacer algo mal, no es el fin del mundo, que es simplemente hacer algo mal y que puede solucionarse. Que está permitido equivocarse y volver a comenzar.
Cuando creí en mí, aprendí la lección más importante. Aprendí que todos los Seres humanos tienen defectos y que no por ello han de sentirse culpables.
Y ahora pararos a pensar... ¿Cuánto creéis en vuestro Ser? Espero que todas las respuestas sean positivas, porque todos valéis lo mismo a los ojos del Padre.
Drisana ©
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CARMEN
(De mis reflexiones)
(29 de enero del 2013)
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