Amo el otoño de tonos rojizos
aunque me sienta morir un poco
con cada hoja muerta que tapiza
de mi calle el camino y
de mi alma el sendero,
el que me lleva a ti
y me acerca a mi muerte
que presiento cercana.
Amo el otoño impredecible
de vientos que barren las nubes
o dejan lluvia en mi ventana,
lluvia que sin tocarme cala mi alma
derramándose sobre mi cuerpo
en cada silenciosa lágrima.
Amo el otoño que llega
y deja tristeza en mi,
mientras barre el temporal de
los sentimientos con mano helada.
Y los sueños se van borrando,
se van diluyendo en la nada.
Amo el otoño que llega
para sembrar en mis campos la calma
y entierran profundo la semilla
de una nueva esperanza.
Esa esperanza que vendrá
tras el invierno de nieves heladas.
Amo el otoño que me regala
tardes tibias de sol que engañan al frio
que como un sudario me cubre
con su velo de olvido y nada.
Y dejo dormir el sueño no nacido
del amor que surgió otro otoño
bajo el fuego apasionado
que cinceló nuestras pieles
con rayitos de sueños
y destellos de realidad no alcanzada.
Carmen
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo

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