MI VIDA ES AHORA

Hoy sé que si he llorado ha sido por lo mucho que he sentido, que he vivido y sobre todo, he llorado por lo mucho que he amado.

He llorado porque me aferré a sueños imposibles que nunca fueron más que eso, sueños que mutaron en pesadillas con el pasar del tiempo. Mis recuerdos están llenos de palabras, promesas que jamás me cumplieron; de falsedades con las que me engañaron y lo que es peor, con las que yo quise engañarme tratando de protegerme de mis carencias y mi soledad.

He llorado por lo que la vida no me permitió vivir, por lo mucho que me arrebataron por el camino, por los besos que jamás di y por los besos que jamás me dieron. He llorado por todos mis sueños rotos, por todas las ilusiones fallidas, por mis luchas titánicas por ser yo misma. Pero lo que más me ha hecho llorar ha sido el comprobar que por enésima vez, he permitido que vuelvan a burlarse de mí, de la bondad de mi alma y del amor que llevo conmigo.

He llorado mientras esperaba lo que jamás llegó, mientras olvidaba porque había sido olvidada. He llorado porque a pesar de haber renunciado a todo mi mundo por amor, ese amor se reía de mí, se burlaba y no me dejó otro camino que renunciar a todo, huir, mientras me decía a mi misma que no pasaba nada, que simplemente era mi destino.

Cruel destino el mío que me hunde en la más negra oscuridad cada vez que trato de salir del abismo.

La vida, mi vida, tan llena de trampas que dejaron en mi corazón heridas profundas que difícilmente podrán ser ya sanadas, me ha dejado también una importante lección.

Con las lágrimas llegó el conocimiento de que es más fácil reír cuando se ha llorado y que la llegada de la luz se aprecia mejor cuando es la oscuridad la que nos envuelve en sus sombras. Que renacer de las cenizas fortalece, porque la experiencia nos cubre con una coraza y levantarse después de la caída, sacudirse el polvo del alma y seguir caminando, es el mayor acto de amor que por mi misma podía hacer.

Nunca es demasiado tarde ni existen los fracasos permanentes. No debo perseguir quimeras ni vivir oscuridades ni añorar tiempos pasados... mientras alumbre el sol en mis días e iluminen mi cielo las estrellas, seguiré respirando vida, forjando sueños, cosiendo mis heridas y andando otros caminos que algún día me conducirán a la dicha.

Carmen

( 3 de noviembre del 2021)

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