martes, 29 de junio de 2021

LA NOCHE


Cae la noche. Las sombras se alargan atrapando todo bajo sus redes. Los vivos se esconden, refugiando sus miedos junto al fuego de sus hogares y las criaturas nocturnas comienzan por fin a desperezarse del letargo diurno.

Un búho ulula desde el cercano bosque. Otro responde desde el viejo campanario y el aullido de los lobos en la lejanía hiela la sangre de quienes con paso acelerado buscan refugiarse.

Un viento helado baja desde los altos picos de los montes que se recortan en el cielo del otro lado del dormido río. Los mismos montes que velan, impasibles al tiempo, las vidas humanas día y noche.

Las viejas se arrebujan en sus toquillas de gruesa lana tratando de calentar sus viejos huesos ateridos. Los niños guardan silencio sentados frente al fuego mientras las madres se afanan en poner la sopa caliente en sus cuencos.

Los hombres deambulan inquietos por la casa asegurando ventanas y trancando las puertas, amarrando y serenando a las también inquietas bestias.

Los lobos aúllan más cerca, con más fiereza, más urgencia por encontrar una presa.

Las sangres de hombres y animales se hiela.

Las velas que alumbran las pobres estancias, tiemblan. Los candiles se apagan y el fuego en los hogares se encoge como presintiendo el dolor de una pérdida.

Se cierran de golpe los últimos postigos, aislando aquellas vidas de la muerte que ronda en la oscura noche y que todos presienten cada vez más cerca.

Nadie por las calles ni en ventanas ni puertas. Ni perros que ladran ni gatos que maúllan a esa luna que hoy brilla por su ausencia.

El viento arrecia.

Se ceba en los tejados y empuja con fuerza las cerradas puertas.

En el campanario, calla el ulular del búho mientras el viento juega a girar la veleta.

Las horas nocturnas pasan lentas, el día aún no llega.

Las viejas rezan.

Hombres y mujeres en silencio velan.

Los niños se remueven en sus camas, debatiéndose en sueños cargados de miedos y ausencias.

Lentas pasan las horas en aquel siniestro duermevela.

Por fin, allá lejos, clarea el alba.

Se difuminan las sombras, despierta el día, se desperezan hombres y bestias. Sonríen las abuelas.

Nace el día, la vida de nuevo comienza.



Carmen

(29 de junio del 2021)



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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo



 

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