LA MUJER DE HUMO
Hombre que me besas,
hay humo en tus labios.
Hombre que me ciñes,
viento hay en tus brazos.
Cerraste el camino,
yo seguí de largo;
alzaste una torre,
yo seguí cantando...
Cavaste la tierra,
yo pasé despacio...
Levantaste un muro
¡Yo me fui volando!...
Tu tienes la flecha:
yo tengo el espacio;
tu mano es de acero
y mi pie es de raso...
Mano que sujeta,
pie que escapa blando...
¡Flecha que se tira!...
(El espacio es ancho...)
Soy lo que no queda
ni vuelve. Soy algo
que disuelto en todo
no está en ningún lado...
Me pierdo en lo oscuro,
me pierdo en lo claro,
en cada minuto
que pasa... En tus manos.
Humo que se crece,
humo fino y largo,
crecido y ya roto
sobre un cielo pálido...
Hombre que me besas,
tu beso es en vano...
Hombre que me ciñes:
¡Nada hay en tus brazos!
Dulce María Loynaz*
*Poeta cubana nacida en La Habana en 1902 y fallecida en 1997.
Después de Doctorarse en Leyes, colaboró con las más prestigiosas publicaciones de su país y viajó muchas veces
por Europa, Asia y América.
Su poesía expresa la feminidad con ciertas pinceladas impresionistas y un toque íntimo como el de pocas
poetisas caribeñas. En 1986 recibió el premio Nacional de Literatura de su país, en 1991 el Premio de la Crítica
y en 1992 el premio Cervantes, convirtiéndose desde entonces en directora de la Academia Cubana de la Lengua.
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