RABO DE NUBE
Silvio Rodriguez
"Si me dijeran pide un deseo,
Preferiría un rabo de nube,
Un torbellino en el suelo
Y una gran ira que sube.
Un barredor de tristezas,
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe parezca
Nuestra esperanza.
Un barredor de tristezas,
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe parezca
Nuestra esperanza.
Si me dijeran pide un deseo,
Preferiría un rabo de nube,
Que se llevara lo feo
Y nos dejara el querube.
Un barredor de tristezas,
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe parezca
Nuestra esperanza.
Un barredor de tristezas,
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe parezca
Nuestra esperanza."
La canción fue compuesta en México DF, en una tarde sin prisas, como describió Silvio en una entrevista que le realizó la escritora española Belén Gopegui en el 2005:
“Nací en una zona rural donde los campesinos llaman rabo de nube (raboenube) al tornado. Siempre me fascinó esa metáfora del pueblo y, vampiro (chupa-ideas) como soy, intenté el tema varias veces. Una vez casi di por terminado un texto, pero era tan consciente y manipulador que asesinaba la transparencia del símbolo. Muchos años después, en la ciudad de México, en una tarde sin prisas, se me apareció la canción tal como está, con relativamente poco esfuerzo, como si ya estuviera hecha en algún rincón de mi cabeza. La única explicación que le encuentro es que abordé aquella idea, descubierta en la infancia, ni más ni menos que como un niño: no haciéndome el inocente sino desde un estado de inocencia.”
Este tornado le da vida al mosaico que compone la gráfica de la portada del disco homónimo, publicado en 1980. En el arreglo se introdujo un arpa —ejecución a cargo de Yanela Blanca Lojos Díaz, arpista y pedagoga holguinera—, lo que le dio al tema un aire de calma, a mañana fresca y a divinidad impresionante, muy bien logrado.
Rabo de Nube
“Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube…”
Silvio se plantea lo que todos hemos pensado alguna vez: y si se me apareciera un genio de esos que habitan dentro de una lámpara de los cuentos de Las mil y una noches y me concediera un deseo ¿qué cosa le pediría? ¿Dinero? ¿Salud? ¿La vida eterna? ¿Revivir a alguien fue querido? No. Silvio preferiría un rabo de nube. Un torbellino, una columna de aire que arrasara con todas las cosas malas. Fíjense que Silvio usa el verbo “preferir” en vez de “pedir” o “desear”. O sea, se tienen varias opciones sobre la mesa y se escoge una, no es que el deseo existiera en la punta de la lengua o fuera lo primero que se le viene a la mente. Eso habla de un acto reflexivo, de tomar una decisión evaluando alternativas y no es algo a la ligera.
“…un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube”.
La idea para mí es que la manera de erradicar lo negativo es con cierto grado de violencia. Tiene que ser con fuerza, con energía, y eso inevitablemente lleva a pensar en la Revolución y en sus principales próceres: Fidel y el Che. Hay quienes dicen que este rabo de nube es en realidad Fidel Castro. Esto lo propició el mismo Silvio cuando una vez se refirió a Fidel como un rabo de nube que acababa con lo feo. En principio la idea calza, pero si lo piensan detenidamente, Silvio plantea la canción un deseable que todavía no ha ocurrido al momento de componer la canción, por lo que las ideas de Fidel y la Revolución como esta gran limpieza de lo malo no terminan ajustándose muy bien para mí. Otra cosa es que años después él haya reciclado la metáfora con Fidel.
“un barredor de tristezas
un aguacero en venganza…”
Las metáforas poéticas para referirse a los tornados como elementos purificadores se siguen usando en esta canción. El concepto de barrer tristezas (es juntarlas todas para luego botarlas a la basura), luego de ello que venga una lluvia poderosa que vengue todo el daño y la sequía causada por ellas.
“…que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.”
Finalmente, al escampar, es decir, al despejarse el cielo de nubes y observar el azul, sea como la esperanza, lo que estuvimos esperando durante todo el tiempo de penumbras.
“Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube.”
La canción se reinicia esta vez siendo un poco más explícita con eso de “llevarse lo feo”. Ese querube se refiere —según La Biblia—, a los querubines, ángeles cuya misión es cantar alabanzas a Dios y servir como recordatorio de la majestad y gloria entre el pueblo. Silvio sin ser religioso apela a la figura de estos angelitos como símbolo de la gloria espiritual alcanzada posterior a este fin de los malos tiempos, una especie de paraíso terrenal.
“…un barredor de tristezas
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.”
Ya entrando en el análisis de lo que quiere decir Silvio con esta canción, y ni siquiera tomando como base la entrevista del principio, la canción Rabo de Nube nos habla de un deseo de cambiar un mundo por otro nuevo, uno utópico quizás ahora de que se acabe la maldad del ser humano, esa que lo domina y provoca el sufrimiento de otros, el egoísmo, la avaricia, todo aquello que duele hoy. Esta canción de Silvio siempre existió en la cabeza de los seres humanos, y siempre existirá, porque es la misma esperanza y anhelo de un mundo mejor.
Rabo de nube siempre está latente. Se me vino a la cabeza el otro día cuando encendí el televisor y vi a un niño de Siria siendo rescatado entre escombros, empolvado de tierra y con el rostro ensangrentado, pero también se me aparece cuando en la esquina de mi casa veo a un mendigo, o veo en el diario un titular de femicidio o maltrato infantil. Dan ganas de que aparezca algo que sanee las mentes, cambie las políticas y los descarnados sistemas de libre mercado, y esto me hace reflexionar también sobre el sentido altruista de la canción de Silvio, en que, teniendo la posibilidad de cumplir cualquier deseo, se inclina por querer remediar el mal que habita en este planeta.
*Texto encontrado en un grupo de Facebook dedicado a Silvio Rodríguez y el significado de sus canciones:
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