Me declaro adicta a ti,
al sonido susurrante de tu voz,
a tu mirada que quema,
a la caricia de tus manos en mi piel.
Sí, me declaro adicta a ti,
A las promesas que sugieres,
a los sueños que me regalas,
a la risa que provocas
a borbotones en mí.
Adicta a ti,
a tu mundo que es el mío,
a este presente
sin pasado ni futuro,
solos tú y yo
para amarnos sin fin.
Adicta a ti,
a tus besos, tus abrazos,
al consuelo que me das
porque sé que siempre
estarás para mí.
Adicta a ti
que curas mis heridas
sin preguntas,
que sanas mi alma,
que secas mis lágrimas
y me infundes
nuevas ganas de vivir.
Adicta a ti...
Sin el que ya no sabría vivir.
Carmen
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