miércoles, 29 de enero de 2025

La decepción


 

Es cierto, la decepción no mata, enseña... Pero que grande y dolorosa es la enseñanza que nos puede traer.

La decepción nos llega en forma de ahogo, de llanto que ya no soporta tanta represión, de grito que de tanto callar,  se alza sobre nuestras gargantas que amenazan con desgarrarse por culpa del inmenso dolor.

La decepción nos deja un regusto amargo en el corazón. Unas ganas enormes de cerrar los ojos para no abrirlos nunca más. Un deseo irrefrenable de salir corriendo hacia el más allá sin volver la vista atrás.

La decepción, cuando es grande, nos llena el alma de un llanto ácido aún por derramar, un agujero en el corazón que sabemos que nunca cerrará; una desilusión llena de sombras que nadie podrá borrar. Un regusto amargo, como a café quemado, en el paladar.

La decepción es soledad y vacío. Es soñar una quimera que nunca pasará.

La decepción lleva tu nombre tatuado, el nombre de quien fue y ya no será.


Carmen



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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo




Serenata



Íbamos a vivir toda la vida juntos.

Íbamos a morir toda la tarde juntos.

Adiós.

No sé si sabes lo que quiere decir adiós.

Adiós quiere decir ya no mirarse nunca,

vivir entre otras gentes,

reírse de otras cosas, morirse de otras penas.

Adiós es separarse, ¿entiendes?, separarse,

olvidando como traje inútil la juventud.

Íbamos a hacer tantas cosas juntos!

Ahora tenemos otras citas.

Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes.

La lluvia que te moja me deja seco a mí.

Está bien: adiós.

Contra el viento el poeta nada puede.

A la hora en que parten los adioses,

el poeta sólo puede pedirle a las golondrinas

que vuelen sin cesar sobre tu sueño.




Manuel Scorza*






*Manuel Scorza Torres, nació el 9 de septiembre de 1928 en Lima. Fue un novelista, poeta, editor y político peruano de la generación del 50, atento a los fenómenos sociales y observador de los problemas del Perú que le tocaron vivir.

Ganó los dos primeros premios en los Juegos Florales del IV centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo el Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956).

Murió cerca del aeropuerto de Madrid (España), el 27 de noviembre de 1987, al estrellarse contra una colina el Boeing 747 del vuelo 11 de Avianca en el que viajaba rumbo a Bogotá junto a otros intelectuales para participar en un congreso que pretendía hacer balance de la cultura hispanoamericana.

Antes de morir, en 1983 publicó su última novela, “La danza inmovilista”, que significaba una ruptura radical con el ciclo de “La guerra silenciosa”.

Nocturna



Y de nuevo encuentro refugio
en aquella quietud serena,
cuando mis días y mis noches
eran reflejo de mi alma
que vivir quería de los sueños
en los que mi soledad se perdía.
Hoy mis noches se visten de luna
poniendo claridad al fin de mis días
mientras llega de nuevo la luz,
pariendo nuevas auroras,
más plenas, más hermosas,
donde el trino de mil pájaros
destierran por siempre los silencios
y me traigan otra vez,
del amor el sueño eterno
que me haga revivir plena,
feliz y soñadora,
locamente enamorada.


Carmen


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo






 

domingo, 26 de enero de 2025

Metamorfosis


Alberta Jones era una buena madre y una mejor esposa. A vista de todos, hasta parecía una mujer feliz viviendo una vida completamente perfecta. Esa era la imagen que Alberta transmitía durante el día a quien se cruzara con ella; más al llegar la noche, ella se transformaba. Cambiaba radicalmente su forma de ser y de vestir, se convertía en una mujer tremendamente sensual, tremendamente hermosa. Después de acostar a sus hijos, salía de su casa camino del club donde cantaba. El blues era su válvula de escape, su metamorfosis. A través de la música, su voz cálida y desgarrada, era capaz de expresar cómo era en realidad Alberta Jones, sus sentimientos, sus experiencias, sus anhelos, sus sueños más acariciados y ya casi perdidos. La metamorfosis de Alberta Jones mostraba las dos caras de una misma moneda, la de la mujer que la sociedad esperaba que fuera y la de la mujer que en verdad era.


Carmen


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo






Why don't you do right

Lil Green






 

miércoles, 22 de enero de 2025

La Sombra de la Luz - Franco Battiato


"Defiéndeme de las fuerzas contrarias,

en el sueño nocturno cuando no soy consciente,

cuando mi sendero se hace incierto.

Y no me dejes nunca más,

no me dejes nunca más.

Devuélveme a las zonas más altas,

a uno de los reinos de calma.

Es tiempo de escapar de este ciclo de vidas.

Y no me dejes nunca más,

no me dejes nunca más.

¿Por qué los gozos del más profundo afecto

o del anhelo más sutil del pulso

sólo son la sombra de la luz?

Recuérdame lo infeliz que me siento

lejos de todas tus leyes.

¿Cómo no malgastar el tiempo que me queda?

Y no me dejes nunca más,

no me dejes nunca más.

¿Por qué la paz de ciertos monasterios

o la armonía vibrante de todos mis sentidos

sólo son la sombra de la luz?"





¿Es posible que exista un lenguaje más apropiado que aquel que emerge de la unión de la poesía y la música para elevar un rezo al Universo?


En esta hermosa canción, Battiato se pregunta por su ángel y le ruega: "Non mi abbandonare mai" (No me abandones más).


¿Quién no se ha sentido en alguna ocasión sumido en esa honda soledad abandonada en la que tan solo puede apreciar "la sombra de la Luz"?


"Defiéndeme de las fuerzas contrarias,

en el sueño nocturno cuando no soy consciente,

cuando mi sendero se hace incierto.

Y no me dejes nunca más,

no me dejes nunca más.

Devuélveme a las zonas más altas,

a uno de los reinos de calma.

Es tiempo de escapar de este ciclo de vidas."



Así mismo, yo también quiero elevar desde estas letras mi rezo a mi ángel y al mismo Universo.


Carmen

 

jueves, 16 de enero de 2025

Como las alas al viento - - Diana Navarro


Cómo las alas al viento
Yo le elevo a Dios mi Corazón
a Ese Dios que en Mí vive y me llena de su Amor

Cómo las alas al viento
Yo le elevo a Dios Mí Corazón
a ese Dios que en Mí vive y me llena de su Amor
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar...
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar...

Ayúdame,
Ayúdame
porque creo en Tí Señor
porque pienso que el Hombre fuera de Tí no vive
no tiene esperanza y se encuentra perdido...

Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame
Señor a caminar...

Hay una manera nueva mis hermanos de Vivir
Hay una manera nueva de Pensar
Dios pensando en hondo alla en su Reino Está
Dios intenando que el Hombre vuelva a El
lucha lucha lucha hermano la batalla de Dios
lucha lucha lucha no quieras ser tu siempre un perdedor
lucha lucha lucha hermano la batalla de Dios
lucha lucha lucha no quieras ser tu siempre un perdedor
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar...
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar...

Lucha, lucha, lucha hermano la batalla de Dios
Lucha, lucha, lucha no quieras ser tu siempre un perdedor

Lucha, lucha, lucha no quieras ser tu siempre un perdedor
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar...
Ayúdame
Ayúdame
Ayúdame Señor a caminar...
Lucha lucha lucha hermano la batalla de Dios
lucha lucha lucha no quieras ser tu siempre un perdedor
Lucha lucha lucha hermano la batalla del Dios
lucha lucha lucha no quieras ser tu siempre un perdedor
Lucha lucha lucha
Lucha lucha lucha ...

Hermano la batalla de Dios
Lucha lucha lucha no quieras ser tu siempre un perdedor
Lucha lucha lucha...





Letra de Agustín Abellán Malla.

Interpretada por Diana Navarro.



lunes, 6 de enero de 2025

Huida hacia delante



Hoy temprano, abordé las desnudas calles. Cambié mi sesión de yoga y meditación por una huida de mí misma y de mis pensamientos. Finas gotas de lluvia golpearon con sorpresa mi rostro. No me importó, aún así, caminé bajo los árboles que iban cubriendo a mi paso las aceras con su alfombra de hojas marchitas.

La lluvia se volvió mansa, queda, mientras resbalaba por mi rostro borrando el rastro de mis lágrimas. Lo dulce y lo salado... Lo limpio del agua, lavando los negros pensamientos que iba liberando mi alma del dolor.

Un perro se cruzó en mi camino. Un perro tan abandonado y solo como me sentía yo. Me miró a los ojos y detuvo su paso, impidiendo el mío. Por un instante vi mi miedo reflejado en el canela de sus ojos vivos; me ladró y siguió su camino.

Allí, parada en mitad de no sabía dónde; una calle cualquiera, bajo un amanecer lloroso... Allí me detuve, entre asombrada de mí misma y perpleja por lo que leí en aquellos ojos no humanos. En realidad... ¿Quién era?... Reanudé de nuevo mi paso mientras la lluvia cansada detenía su goteo sobre mí, sobre el mundo, mi mundo, y un viento suave como una caricia alborotaba mi cabello mojado.

Ahora mis pensamientos eran un repiquetear de martillo... ¿Quién soy...? ¿Quién soy...? ¿Quién soy...?

Una pregunta simple que se acompasó al ritmo de mis pasos, torturando mi cerebro cansado que esperaba, ansiaba, necesitaba una respuesta con urgente necesidad. Era como caminar por un túnel estrecho, el de mis pensamientos, sin más luz que la tenue claridad del gris amanecer divisándose a lo lejos. ¿Quién era...?

Mis pies se deslizaban solos en un caminar forzado y pesado, en una sucesión de pasos hacia delante, en un no mirar más que al frente, esquivando a las personas que se cruzaban conmigo camino de sus trabajos, con su prisa y sus frustraciones, y que me miraban perplejas, desviando, como queriendo evitar el contacto con mis ojos, sus miradas apáticas. Y la pregunta seguía martilleándome el cerebro sin descanso... ¿Quién soy...? ¿Quién soy...? ¿Quién soy...?.

De repente mis pasos cesaron, la pregunta cesó, mi cuerpo aflojó la tensión que, sin darme cuenta, se había ido apoderando de mí y, levantando los ojos al cielo, no pude evitar reír. Me hallaba nuevamente en la puerta de mi casa. Sin darme cuenta, había regresado a mis orígenes, a mi hogar, a mi identidad. Y ya sabía la respuesta a mi pregunta. Era la niña que se había perdido en su propia pesadilla hacía tantos años, la que deseaba más que nada dejar de ser, dejar de estar, dejar de sufrir. La que eligió un camino quizás equivocado, pero al fin y al cabo, era su propio camino. La que con los años aprendió que la vida no te regala la felicidad, que la felicidad has de buscarla a cada instante, en las cosas pequeñas, en lo cotidiano, lo cercano, lo real.

La princesa dormida en un castillo encantado dentro de un cuento que jamás existió. La princesa dormida a la que no despertó un beso enamorado, sino el hecho de descubrirse real, viva y llena de un dolor viejo que ya le pesaba demasiado en la espalda.

Y en ese instante, descargué mi alforja de sueños rotos, aligeré el peso de mi mochila de sueños por cumplir y decidí enfrentar mi vida simplemente por el placer de dar, de existir. Y esta vez, con paso firme y decidido, entre de nuevo en mi casa dando un portazo a la irrealidad tras de mí.

Fuera, unos rayos tímidos de sol se hicieron paso entre el velo de nubes, mientras yo rompía el silencio de mi vida con un alegre... ¡Ya estoy aquí!



Carmen



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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo




 

domingo, 5 de enero de 2025

He perdido

 


He perdido el norte de tus ojos,
la señal que marcaba el camino
en las horas oscuras del atardecer.
Soy amanecida de un invierno
lúgubre y frío de nubes dormidas
y calles mojadas de ayer,
donde la tristeza avanza
ganando sitio a lo que
pudo ser y no fue.
He perdido tantos momentos callados,
tantas palabras que no dijeron nada,
tantas lágrimas, tanto llanto.
He perdido la vida esperando
que llegara el momento
más justo y adecuado,
que llegara el amor soñado.
He perdido ya tanto...
La esperanza es vana
como vana es la espera.
Tenerlo todo y no desear nada,
perderlo todo para comprender
que la vida es ilusión vana,
sólo un sueño entre el hoy vivido
y el ayer que soñamos tener.


Carmen


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo





Negaré



Negaré que un día te quise.
Negaré que siquiera hayas existido.
Negaré tu presencia en mi vida.
Negaré que ocupaste mi corazón vencido.
Romperé de ti cada imagen,
borraré tu recuerdo y tu nombre
de todos mis pensamientos cautivos
y sembraré la semilla del olvido, allí,
donde ya ni tu fantasma cabe.
Es inútil retenerte a mi lado
sabiendo que nunca te he tenido.
Son baldías las lágrimas
cuando el amor nunca ha existido.
No se dió entre tu y yo la magia,
ni me amaste ni te ame,
fuimos solo dos cobardes que pensaban
que habían luchado y vencido.
Nada queda entre los dos, nada,
ni dolor ni pena en estas soledades.
Pasaremos por la vida como dos extraños
que cruzaron sus caminos sin apenas mirarse.
Por eso, negare a quien me pregunte
el haberte amado y haberte conocido
y así moriremos un día
sin saber lo mucho que perdimos.


Carmen


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo






 

Adormecida



Adormecida de nuevo
en el sueño del que
jamás debí despertar.
Languidecida en las horas
más duras y amargas
de mi triste soledad.
Yo te llamo, te invoco,
genio del bien y del mal.
Cerraré mis ojos
y me dejaré llevar
al fondo de mi alma,
negrura insondable,
mar de lágrimas,
arenas de soledad.
Adormecida como antes,
viendo las horas pasar,
viendo la vida surgir
para más tarde,
verla nuevamente morir.
Adormecida en los sentimientos
donde no duele el peso
imperecedero del tiempo,
de su adios inevitable,
de su huída cobarde.
Adormecida,
vegetando,
así he de seguir.



Carmen




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Soy todo lo que tengo




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