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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
Eres el dulce murmullo de las olas que se mecen en mi orilla susurrándome palabras que llegan desde océanos lejanos.
Eres la espuma que ríe en mis pies mojados y juguetea con mis tobillos, enroscándose por mis piernas hasta llegar a lo más alto.
Murmullo del alma que habla con palabras calladas en mis oídos que ansían de tu voz la melodía del canto. Sueños de arena y sal... Sueños de salinidad y brisa marina que me traen el aroma de tus besos y la esencia de tu cuerpo que quedó prendida en mi piel, que quedó en mi y guarde bajo mis párpados cerrados.
Murmullo del alma que vuela, ave marina, con la brisa cálida... Abanico de colores que sembró caminos de flores carmesí en mi cuerpo enamorado. Un rubor de amapolas tiñendo los trigales maduros de mi pecho; un afán de volar en pos de tu vuelo; un empuje que me lleva a recorrer los caminos en tu busca; un mirar con los ojos ciegos, arrasados en lágrimas que queman, como queman las brasas del amor que prendiste por siempre y para siempre en mi.
Surcos salinos que bajan desde mis ojos por mi cara y se arrastran por mi pecho, dejando huellas imborrables de tu ausencia. Llanto contenido durante eones de tiempo. Infinito desconsuelo de saberte tan lejano que ni la brisa ni las olas del océano alcanzan a sanar las heridas que desgarra mi alma en mil pedazos.
Y grita mi alma rasgando mi garganta en un empeño de puñales desconsolados que como alfileres se clavan en mi cuerpo, en una lluvia helada que desciende desde nubes de gris algodón desde lo alto... ¿Hasta cuándo...? ¿Hasta cuándo...?
¿Cuándo terminará la espera y llegará el instante en el que sienta al fin el refugio de tus brazos...? Queda menos, lo se... Queda menos, pero este tormento se hace ya infinitamente largo. Y como una loca le digo al mar y a la brisa, les pido, les ruego... que te traigan pronto a mi lado.
Me he vestido de sombras y luna
para recorrer los páramos que me habitan,
las soledades que profundas se enraízan
en mi alma y en mi cuerpo,
en mi corazón que sangra
por mil heridas infringidas.
Me he vestido de sombras y luna,
frio sudario que se pega a mi
para convertirse en mi piel marchita.
Un torrente de llanto amargo
me recorre de arriba abajo y
me arrastra hacia la nada cada día.
Me he vestido de sombras y luna,
nada importa ya en mi vida.
Nada tengo, nada aguardo,
nada busco, nada encuentro
cuando miro mis manos
dolorosa y tristemente vacías.
Me he vestido de sombras y luna
para tenderme junto al camino
donde un día detuve el paso,
donde quiero esperar la muerte
que presiento cercana y negra,
arañandome con su guadaña fría.
Carmen
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
A veces, las horas se detienen en el reloj impasibles. Parecen reírse de mi desasosiego y mi paciencia, irónicas en su regocijo desafiante de caminar lento, muy lento.
Y me miran burlonas con sus ojos ciegos provocándome una ansiedad ociosa que me va derritiendo por dentro.
Otras veces, las manecillas pareciera que se han vuelto locas y corren y se atropellan, como queriendo ver quién de las dos llega primera a la meta.
Y vuelta a desesperarme, atormentada porque el tiempo no corre... vuela.
Desde que te sé y te siento, mi alma vive, sobrevive en la espera.
Esperar que pasen las horas y llegues al encuentro...
Esperar que el tiempo se detenga cuando te tengo...
Esperar que jamás llegue el temido momento del adiós.
Esperar... Esperar... Esperar mientras las horas pasan insufriblemente rápidas o perdidamente lentas.
Esperar con ansiosa alegría tu llegada...
Esperar con angustiosa necesidad tu partida...
Esperar... Esperar... Esperar...
Y las horas de mi reloj pasan sin detenerse... Lentas, como un mar en calma chicha... Rápidas como esa caída libre en la que se estrella mi vida...
Y las horas de mi reloj pasan sin detenerse, te traen y te llevan como las olas de ese mar que acaricia las arenas de mi playa.
Y las horas pasan... pasan de largo sin detener la vida.
Carmen
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
Una lágrima...
... Silencio...
Una lágrima de amargura
ahogando mi alma.
Una lágrima...
... Oscuridad...
Una lágrima condenando
al olvido mi pobre alma.
Una lágrima...
... Dolor...
Una lágrima mordiendo
mi pecho con dolida saña.
Y después...
... La nada...
La nada llenando mis espacios
sin ayeres ni mañanas.
Y después...
... Olvido...
Vagar por la senda del olvido
haciendo camino en mi andar.
Y después...
... Sueños dormidos...
Sueños llenos de polvo
que tratan de despertar.
Y después...
... Una luz...
Una luz que asoma lejana,
un amanecer que no termina de llegar.
El presente...
... Esperanza...
Un rayito de esperanza
brillando en mi oscuridad.
El presente...
... Claridad...
Claridad que dibuja risas
en mi alma cansada de llorar.
El presente...
... Despertar...
Despertar nuevamente a la vida
llevando el amor por bandera nada más.
El presente...
... Tú...
Tú que me has traído por y para siempre,
la más pura y simple FELICIDAD.
Carmen
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Soy todo lo que tengo