TIEMPO FINITO
Hoy, día 60 del confinamiento por la pandemia que azota al mundo, tomo conciencia de la fragilidad del ser humano mas que nunca.
A primerísima hora y puntual como un reloj suizo, estaba en la consulta del neurólogo para recoger el resultado de la resonancia craneal que me hicieron el otro día. Entre nervios, certezas adivinadas y con un dolor de cabeza que sobrepasaba todas las expectativas. En plena lucha con la lluvia que impía cae como si no tuviera nada mejor que hacer que fastidiar a los pocos que tenemos que abandonar el confinamiento para enfrentarnos a las miradas suspicaces de aquellos que se cruzan con nosotros. El frio que de vuelta parece no querer abandonarnos aún. La dichosa mascarilla... los guantes... el gel desinfectante que de tanto usarlo nos va a dejar la piel como la de los lagartos... Buscar aparcamiento... Vaya, que después de todos esos inconvenientes, lo logre.
Entro al hospital... toma de la temperatura corporal... me dan paso previa dosis de gel desinfectante... uno por ascensor... llego a la planta de neurología y para variar, la chica del mostrador esta de charla con la compañera de al lado. Un minuto, dos... a los cinco minutos de espera empiezo a impacientarme. Llega más gente. También comienzan a impacientarse. Protestas, alguna palabra más alta que otra, suspiros, miradas al reloj... Total, que al final tuvo que salir el médico a nombrarme.
Me da paso a la consulta, cierra la puerta, me invita a sentarme, toma asiento tras su mesa y tras los saludos de rigor, vienen las palabras amables... "No te preocupes"... "Todo va a ir bien"...
Y a mi casi me da la risa al ver los esfuerzos que hace por no alarmarme.
Me muestra las imagenes de la resonancia en la pantalla del ordenador... (Mira que somos feos vistos de fuera hacia dentro). Todo bien hasta la última imagen.
- ¿Ves estas manchitas blancas...? Pues parece que sí, que tuviste algún tipo de accidente.
-¿Accidente?
-Sí, bueno... microinfarto. Pero vamos, tu no te preocupes que lo iremos controlando. Eso sí, ahora, nada de disgustos, nada de alterarte, tranquilidad y sigue con tu vida como si nada... Revisión para septiembre.
Perpleja me ha dejado.
¡Claro que seguiré con mi vida como si nada! ¡Como si mi vida y lo que me ha tocado vivir en ella pudiera traspasarla y que la viviera otra persona por mi.!
En fin, que es parte de mi herencia paterna. Nada más que decir ni que hacer.
Y aquí sigo, con mi jaqueca. Con esas ganas de llorar y reír a la vez. Con esas otras ganas de mandarlo todo a la mierda... Vamos... que sigo con mi vida como siempre hice, sin esperar nada... ni de Dios ni de nadie.
Hoy es el día 60 del confinamiento por la dichosa pandemia del coronavirus y mañana...
... Mañana será otro día.
CARMEN
(14 de mayo del 2020)
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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