RENEWING THE MIND
Renovando la mente
(Instantes o la importancia de vivir en el momento presente)
Hay veces en la vida, tal vez instantes brillando ante nuestros ojos como los flashes parpadeantes del neón de algún luminoso a medio fundir, en el que la cruda realidad que nos rodea estalla frente a nosotros y nos sume sin quererlo en la perpleja y asombrada visión en retrospectiva de nuestras vidas. Y de repente, nos encontramos reflexionando sobre las cosas ganadas y las cosas perdidas. Haciendo balance de lo bueno y lo malo, sopesando las posibilidades que tenemos por delante de seguir sin mas en una existencia más o menos tranquila como la que hasta el día presente hemos tenido.
Y caemos en la cuenta sobretodo de lo perdido. Añoramos los días claros y alegres de la infancia, las clases en el parvulario donde no cabían las preocupaciones. La adolescencia, aquella etapa donde todo lo magnificábamos y hasta lo mas mínimo se convertía en algo enorme. Aquel amigo de siempre en el que tanto nos apoyábamos, aquel que un día decidió marcharse sin hacer ruido por no hacernos daño cuando se lo llevase la muerte y que el estruendo que causo en nuestras vidas fue tan grande que a día de hoy aún resuena en nuestras almas.
Los amores ya muertos y enterrados, los que aun duelen y los que aun viven a nuestro lado. Los hijos que llegaron para engrandecer nuestra existencia y acompañarnos pero que ya viven sus vidas sin pararse ni siquiera a mirarnos. Los seres amados que nos van faltando...
Son tantas las cosas que nos llenan, que por un instante nos sentimos saturados, ahogados entre miles de recuerdos que nos caen encima aplastándonos. Y sentimos la tremenda necesidad de gritar. De cerrar los ojos y gritar a pleno pulmón: ¡Basta! ¡Basta ya! Y en vez de hacerlo, respiramos hondo dejando que el aire nos llene a bocanadas ansiosas, como si fuéramos peces fuera del agua.
Es entonces cuando sentimos correr por nuestras mejillas un rio de lágrimas silenciosas que nos recuerdan que lo que un día tuvimos ya no volverá y que quizás no seamos capaces de volver a creer en nada más. Que ahora existen otros momentos, que tal vez no logren llenarnos pero que son "otros momentos" que otro día tal vez lejano podremos también recordar, porque de repente caemos en la cuenta de que los días llegan como llegan los amigos, los instantes de felicidad, sin llamarlos ni pedirlos. Que todo pasa y todo llega y llega y vuelve a pasar. Que la vida llega sin pedirla y hay que vivirla porque no nos queda nada mas.
Y las cosas pasadas, las ya vividas, dejan de doler y dejamos de sentir las ausencias, lo perdido y caemos en la cuenta de que la vida es tan sólo arriesgarse a vivir. Así que, hacemos un reseteo a nuestras mentes volviendo a comenzar...
Un día más... Un paso más... Con la mente renovada creyendo firmemente que valdrá la pena volver a comenzar.
Carmen
(5 de marzo del 2019)
Copyright©
"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
No hay comentarios:
Publicar un comentario