miércoles, 18 de abril de 2018

A UN PASO DEL ABISMO


A UN PASO DEL ABISMO


A un paso del abismo se siente el corazón, cuando se aboca al silencio frio.

A un paso del abismo, a un paso de la salvación.

Fue triste el instante de su despertar, quiso morir y nadie le dejo. Se sentía vacío, frágil, abandonado por la suerte esquiva que siempre le rehuyó. Con el cuerpo herido y el corazón roto por la desilusión. ¿Qué hacer? ¿Dónde ir? ¿Dónde esconder tanto dolor?.

Sentado al filo mismo del abismo, la mirada perdida en la neblina, ahogando en su garganta el grito desesperado de su profundo dolor... Piensa... Llora y piensa en ella, ella que se marchó. Sus ojos profundos de agua, como ese agua salada que se estrella contra las rocas bajo sus pies y su pelo negro como la oscura noche... la noche que se marchó. Aún resuena en sus oídos su risa malévola cuando le dijo adiós y siente ese chasquido sordo que le partió como se fuese un látigo el corazón. Recuerda el día lejano que la conoció. Era frágil y dulce, apenas una niña que reía alegre cuando él la besaba y tomándola en sus brazos giraban y giraban bajo el sol.

Se puso en pie y miró el oculto horizonte que se adivinaba grumoso tras la niebla y pensó por un segundo que el paisaje parecía una acuarela en sepia de la realidad y era hermoso. Le hubiera gustado plasmarlo en uno de sus cuadros, pero ya no había tiempo para él, su tiempo termino.

Pensó que sólo un milagro le salvaría, pero no creía en milagros... ya no.

Tomo aire, levanto unos segundos su mirada al cielo como pidiendo perdón y adelanto un pie al vacío.

De repente algo tiró de él hacia atrás. Una fuerza sobre humana le abatió y calló en la hierba sobre su espalda golpeándose al caer la cabeza dolorida de tanto pensar. En sus oídos resonó una y otra vez como un eco un "NO",  pronunciado por una voz conocida. Es su voz, pensó mientras se hundía en otro abismo más benigno, sin dolor ni ruidos ni olvidos ni desolación.

Abrió los ojos horas después. Su cuerpo protestó dolorido cuando intentó incorporarse. La niebla había despejado y el día lucía espléndido, tomo una bocanada de aire y pensó que olía a malvas y lilas, justo como el perfume que usaba ella.... Ella... Y entonces resonó de nuevo en sus oídos el eco de aquel "No".

Se sentó y miró a su alrededor con una desesperada urgencia y la halló arrodillada a su espalda a tan sólo dos metros de él. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras su garganta desataba la música de su risa y una única pregunta salió de sus labios resecos, dando paso a una corta conversación:

- ¿Tú?
- Yo
- ¿Eres real?
- Regresé
- ¿Te ríes de mi?
- Busco tu perdón.

Se miraron en silencio unos minutos que parecieron eternos, se pusieron en pie y corrieron el uno hacia el otro, abandonándose en un abrazo que habló por los dos.



CARMEN

(18 de abril del 2018)



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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo

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