A DOS MESES DE ESA AUSENCIA DE TU MANO EN MI MANO

A DOS MESES DE ESA AUSENCIA 

DE TU MANO EN MI MANO

Dos mes ya de ausencia de tu mano etérea en mi mano. Dos meses de soledad sintiendo el vacío que me dejo tu huída, tu escapar hacia ninguna parte y ese frío existencial que me quedó como un sudario.

Dos meses sin sentir el roce sutil que me acompañaba a cada paso mientras invisible al ojo humano cuidabas de mi y me protegías de todo mal. Es duro tener que volver a ser yo misma en solitario. Es difícil regresar a ser yo misma en esta soledad, esta tristeza de la cual había creído que podría prescindir, que podría escapar, solo para verme inmersa en un abismo mucho más profundo y sombrío.

Dos meses que pronto serán tres y más tarde serán cuatro... cinco... seis... Y llegará el tiempo en el que pueda decir que tal día hizo un año.

Tanto tiempo perdido, tantas cosas que se perdieron en la nada injusta de tus caprichos... No volverá el tiempo ni volverá lo que di, lo que te di, lo que tu nunca aceptaste como un sacrificio y que yo te regale como una ofrenda. Y este vacío que me llena se vuelve abismo a cada hora que me aleja de lo vivido, de lo que pudo ser y se perdió en el olvido. En tu olvido cargado de silencio infinito, cruel castigo que como venganza me infringes por algo que jamás he cometido.

Dos meses que se cumplen hoy y mi alma esta de luto. Luto perpetuo por lo amado y perdido. Y sólo espero que la vida te recompense con otro amor mucho más infinito y grande que aquel que yo te ofrecía y tu rechazaste por que no te complacía, porque no aceptaba tus ordenes, vil tirano que exigía lo que jamás dio.

Dos meses que se cumplen hoy de tristeza y llanto. Dos meses menos para cumplir el ciclo de duelo obligado. Dos meses que pasarán porque todo pasa en esta vida, porque ni siquiera la muerte podría borrar el dolor que me has infringido ni podría sanar las heridas que causaste a mi alma.

Sí, dos meses en los que día a día te he perdonado una y otra vez con la esperanza de que el Universo te ayude a seguir adelante y borre mi recuerdo de tu memoria como se borran todos los malos recuerdos que jamás se han deseado ni querido.

Dos meses de decirte adiós a cada instante tratando de convencerme de que te has ido, de que nada fue verdad en ti como nada dura eternamente, porque el amor que me diste nunca correspondió al amor que yo por ti he sentido.

Dos meses de rogar al cielo que el tiempo vuele y llegue para mi también el ansiado olvido.

Carmen

(18 de abril del 2016)

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