lunes, 11 de agosto de 2014

LIBÉLULAS


LIBÉLULAS


Desde niña me he sentido atraída por esos delicados animalitos. Me fascinaba ir al río cuando íbamos al pueblo y buscar su presencia entre los juncos de la orilla.

Recuerdo como me extasiaba mirándolas. A veces, parecían quedar suspendidas en el aire y la iridiscencia de sus alas reflejando los rayos de sol era para mi algo prodigioso.

En mis sueños de niña las veía como pequeñas hadas y me gustaba fantasear creando historias sobre ellas.

Hoy me dio por buscar información sobre las libélulas y encontré algo interesante sobre su significado, así que he decidido dejar constancia de ello aquí:

Comúnmente y para varias culturas las libélulas representan prosperidad, buena suerte, fuerza, paz, armonía, pureza y libertad. Como una criatura del viento, el tótem la libélula representa el cambio. Sus alas iridiscentes son muy sensibles a la más mínima brisa, por lo que se nos recuerdan estar alertas y prestar atención al sentido y dirección que el “viento” puede dar a nuestras vidas no sea que nos encontramos sorprendidos e indefensos en medio de una tormenta. Las libélulas son también criaturas del agua y como cualquier criatura relacionada con este elemento simbolizan el subconsciente, la meditación, la paz interior, los sueños y los pensamientos. Estos significados se asocian particularmente a las culturas Asiáticas (China y Japón principalmente) y a las nativas del continente americano.  La libélula vive una vida corta y fugaz pero muy intensa, curiosamente este animal se comporta como si tuviera plena conciencia de este hecho y tuviera que vivir al máximo el tiempo que le es dado; una lección muy importante para nosotros los seres humanos y nuestros grandes sueños de grandeza.

La libélula actúa como si supiera que vuela sobre aguas profundas, turbias, revueltas y desconocidas que bullen en movimiento debajo de una superficie tranquila e imperturbable: lo que muchas culturas interpretan como nuestra posición incauta y confiada ante los infinitos misterios que rodean nuestras vidas: las turbulentas aguas que forman nuestro paso por la vida. Otros consideran por tanto que la libélula es el punto medio entre la realidad y la mística, la guardiana del equilibrio entre “nuestro  yo interior” y el “universo”.

Las libélulas son consideradas por muchos como portadoras de mensajes relacionados con el pensamiento profundo y por tanto nos sugieren que prestemos atención a nuestros deseos y sueños más profundos. Por otra parte simbolizan la forma errática y ligera con que nos movemos a lo largo de nuestras vidas tal y como estos insectos vuelan sobre las aguas donde habitan.

La libélula es considerada también un recordatorio de que cuando nuestros pensamientos más profundos suben a la superficie debemos prestarles atención, aprender de ellos  y de las lecciones que nos aportarán para nuestra vida futura. Además son interpretadas como la evidencia de que somos incapaces de ocultar aquello que más deseamos tal y como el reflejo de la libélula se refleja en la superficie del agua. En otras palabras, nuestros pensamientos (incluso las más profundos y deseados) podrían no ser tan evidentes a nuestros sentidos y aun así estar allí y afectar inmensurablemente nuestra existencia, incluso a veces sin que tengamos la conciencia real de su magnitud.

Se dice que presenciar el aterrizaje de una libélula significa que un ser querido; ya fallecido y que nos cuida, viene a visitarnos.

Esto último es lo que más me ha llamado la atención... Hoy mientras paseaba con mi perro,  he visto una libélula revoloteando sobre el césped recién regado del parque y no he podido evitar que mis lágrimas resbalaran de mis ojos cuando por un instante se poso sobre mi hombro antes de desaparecer... 


CARMEN
(11 de agosto del 2014)

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