TAN DISTINTOS... TAN IGUALES
Eran tan distintos pero eran tan iguales...
Eran dos amándose mas allá de los espacios y los tiempos. Lejanos, sin saberse, presintiéndose apenas porque así se lo dictaba sus corazones y se lo gritaba sus almas.
No se buscaban y terminaron por encontrarse. Alineando sueños, reviviendo pasados olvidados entre el polvo del tiempo, creando entre ambos un mundo idílico e inimaginable. Un mundo a medida de los dos, donde no tendría cabida nadie.
Tanto dieron... Tanto se amaron...
No diré quién puso más de los dos, pues ambos tenían sus razones y esas razones fueron inapelables.
Quizás fue el tiempo... Quizás fue la distancia...
La pasión dio paso al tedio y dejaron de escuchar sus latidos, dejaron poco a poco de mirarse frente a frente con los ojos del alma. Se fueron alejando nuevamente, rompiendo sus sueños y la ilusión de ese mundo que construyeron y que tanto amaban. Y llegaron los gritos, las acusaciones, los llantos. Como aquel que dice, el final para una muerte anunciada.
Y se dieron la espalda, negándose, agrandando la distancia llena de silencios que impedía que volviesen sus miradas.
Y algo se rompió dentro de sus pechos, algo que por más que buscan ya no hallan, aunque se siguen queriendo. Se siguen amando hoy mas que ayer y ahora solo tratan de encontrar ese punto de inflexión que les devuelva la ilusión olvidada.
Carmen
(25 de noviembre del 2018)
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"Omnia mea mecum porto"
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