PUERTA CERRADA AL CORAZÓN
Y sí, decidí al fin cerrar la puerta y poner candado a mi pobre corazón.
Después de tanto dado, regalado sin pedir nada a cambio. Después de tantas y tantas lágrimas derramadas, de tantas ofensas perdonadas. Después de tantas desilusiones por culpa de las promesas incumplidas, he decidido cerrar a cal y canto mi corazón poniendo a salvo mi alma y mi razón.
Ya se que la tristeza me ahoga, que el dolor me aprieta con mano dura el pecho, pero no encuentro mejor remedió para esta sensación de vacío y abandono que me quedo.
Fueron tantas las veces que me sentí rechazada, doblegada, condicionada, que dudaba si podría cerrar ese capítulo de mi vida que no debí llegar a escribir jamás. Ese trozo de mi historia que debió quedarse en un mero intento, pues desde el principio supe que no llegaría a ninguna parte... Que no tendría un buen final.
Decepción... Esa fue la palabra que puso fin a la locura... Decepción por su parte... ¡Ojalá hubiese cerrado la puerta de mi corazón la primera vez que él me decepcionó a mi! ¡Cuanto dolor me hubiese ahorrado y le hubiese ahorrado y cuantos años ganados hubiésemos tenido los dos.!
Pero no importa, ya nada importa.
Lo que pasó, pasó y así lo asumo. Le perdono... Me perdono... Y aunque a mi me cueste varias vidas volver a confiar en el amor, a él sólo le deseo lo mejor.
Yo me quedaré con mis letras, con mi música, con todo el amor que guardo y que quizás un día encuentre a quién, mereciéndolo, se lo pueda regalar. Mientras, aquí seguiré, tratando de pintar mis sueños con otros colores nuevos, inventados; otras ilusiones, otros horizontes... Inventándome lentamente el amor.
Carmen
(7 de septiembre del 2015)
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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