¿Quién puede retener en sus manos,
el torrente furioso y desbocado
del tormentoso río de una vida yerta?
¿Quién en sus manos posee la fuerza
para atar las tempestades
que desatan los amores
cuando no los sujeta ya nadie?
Nadie.
Nadie puede detener el curso
de un río cuando este decide,
corcel que dejo atrás la
mansa dulzura,
arremolinarse y desbordarse.
Así soy yo, río imparable.
Río de vida que cansó
sus días en pasos baldíos
donde no la veía nadie.
Así soy,
tempestad,
calma,
huracán
o brisa.
Así soy yo
el dulce poso
del veneno más amargo
que te dará a probar nadie.
Soy el sueño imposible,
lo inalcanzable.
Una estrella fugaz
en la cálida noche de verano.
Un ave que aprendió
que el vuelo no se detiene
jamás en un instante.
Así soy yo...
... Así habrás de aceptarme.
Más dime tu si lo sabes
¿Quién puede retener en sus manos...
El agua saltarina,
la sonrisa de un niño,
el canto de la más solitaria de las aves?
Carmen
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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