CERTEZA EVIDENTE
Es en momentos difíciles como este que actualmente atraviesa el mundo bajo el paraguas de una pandemia mortal originada por el último virus de moda, cuando más que en otras ocasiones, podemos comprobar quienes de aquellos que dijeron amarnos, que nos llamaron amigos, que aceptaron de buen grado nuestra compañía para paliar sus soledades, nuestro cariño, nuestro apoyo o nuestros amores, siguen de nuestro lado.
Siempre me he preocupado y ocupado de los demás antes incluso que de mi misma sin importar lo que perdiera por el camino y es por eso que duele aún más comprobar que aquellos en los que mas confiaba y creía, desaparecen como por ensalmo cuando la que tiene problemas o dificultades es una misma.
Es triste, sí. Es triste y duele enfrentarse a la certeza de quienes sí y quienes no, están a nuestro lado en momentos críticos pero por otro lado es de agradecer poder contar con esa certeza. También sorprende darse cuenta de que hay personas que hasta esos momentos críticos no habíamos tomado en consideración y de repente se interesan por saber si estás bien o necesitas algo.
Sientes que vale la pena el esfuerzo de seguir y el alma se siente agradecida al recibir mensajes de cariño y aliento. El ser humano fue creado en el amor, pero por eso mismo, necesita tanto recibir amor de otros como poder expresarlo hacia los demás.
Agradezco a quienes se preocuparon en estos días de incertidumbre por mi. Agradezco sus “buenos días” y sus “buenas noches”. Su interés por mi salud y la de los míos y tantas muestras más de cariño que me han ofrecido.
Agradezco así mismo a todos aquellos en los que deposite mi fe, mis ilusiones, mi amor y no han tenido ni un segundo para acordarse de mi y les agradezco por el simple hecho de haberme brindado la certeza del valor que mi presencia en sus vidas representó para ellos. Gracias, de corazón, pues ahora podré olvidarlos sin ningún tipo de remordimientos como ellos han hecho conmigo.
La vida sería mucho mas fácil si recordásemos que para recibir primero hay que dar y que aunque esta norma no parece tener demasiado fundamento, tampoco debemos olvidar que a veces nuestro error es poner demasiadas esperanzas en quienes no merecen la pena, mientras dejamos a un lado a aquellos que sin pedirnos nada a cambio, siempre estarán cuando más necesitados estemos de cariño.
Carmen
(12 de marzo del 2020)
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