Todo un océano los separaba y sin embargo, ella se empeñaba en esperarle cada tarde sentada en la arena de la playa. Todo un océano de distancia y sin embargo, él la llamaba a gritos cada mañana desde su orilla lejana. Su voz, lejana y profunda, salina y sagrada. La voz que ella siempre esperaba, la misma voz que en el murmullo de las olas le decía, cuanto la amaba.
Él fue para ella todo el espacio infinito que les separaba, un abrazo de estrellas, todas las constelaciones con las que soñaba. Él fue su todo, ese todo que pasó en un suspiro eclipsando para siempre todos los sueños vacuos que la llenaban.
"Los hombres olvidan que la felicidad es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias."
"Nuestra felicidad o infelicidad depende de nuestra disposición mental. Aspirar a la perfección lleva a la infelicidad."
"Siempre he pensado que educar bien a un hijo es hacer un adulto feliz. Los hijos son niños muy poco tiempo, y adultos el resto de su vida. El amor me parece que es el motor de la existencia. Enamorarte es una de las cosas más grande que te puede pasar en esta vida, probablemente la más grande. Es una especie de estado de gracia que quizás no dura todo lo que uno desearía. Pero está ahí y es una de las cosas que te hacen vivir y tirar para adelante."
“Reinaba la intranquilidad. Ella, tímida, inclinaba la cabeza para que él se acercase. Pero a él le faltaba valor. Ella dio media vuelta y se alejó.”
Con esta frase comienza una de las películas más poéticas y delicadas del cine chino, dirigida por el chino/hongkongnés Wong Kar-wai en el año 2002. Wong se muestra absolutamente genial a la hora de representar el amor con leves pinceladas de una enorme riqueza sutil con la que pretendía llevar a la máxima expresión el doble juego de amor e infidelidad, de necesidades y mentiras de los protagonistas.
La película nos cuenta la historia de dos personas que se trasladan a vivir al mismo bloque de edificios y que casualmente, están viviendo una situación muy parecida con sus respectivas parejas, a los que cada vez ven menos. Él, Chow, es redactor jefe de un diario local y ella, Li-Zhen, es secretaria de una firma de exportación. Entablan una amistad que irá a más cuando ambos afrontan que la esposa de Chow como el marido de Li-Zhen son amantes.
Lo que comienza siendo una historia de amor forzada por el despecho, acaba convirtiéndose sin pretenderlo en una de las historias de amor más bellas.
Tan perfecta como imposible.
La película termina con esta frase:
… Él recuerda aquellos años como si mirara a través del cristal de una ventana cubierta de polvo. El pasado es algo que podemos recordar pero no tocar y todo lo que se recuerda es borroso y vago…”
mientras de fondo se escucha la canción “Quizás, quizás, quizás”, en la melodiosa voz de Nat King Cole.
A mi me impresionó gratamente, tanto que volvería a verla una y otra vez. Además de la película en sí, la banda sonora de la misma, es impresionante por si sola. El tema musical “Yumeji’s theme” del compositor Shigeru Umebayashi, junto a distintas canciones cantadas en español (rara apuesta musical dado que la película esta rodada en cantones), ya merecen por si mismos una mención aparte.
Imagenes de IN THE MOOD FOR LOVE
(Deseando amar) y la música que las acompaña es el tema: “Yumeji’s theme” del compositor Shigeru Umebayashi
*Antonio Mora, un director de arte creativo desde 1995, gravitó gradualmente hacia el reino más artístico de su profesión. Su obra, tanto personales y evocador-tienen el propósito de provocar sentimientos intensos. En palabras de Georges Braque, obra de Antonio se inspira en la idea de que “el arte está hecho para perturbar la conciencia.”
Él ha sido el desarrollo de una amplia colección de retratos en los que se superponen mundos de sueños con la realidad, creando seres híbridos de gran belleza y fuerza expresiva. Después de haber dominado la técnica de collage digital utilizando diversas herramientas como filtros, tonos, saturaciones y gradientes de opacidad, creativas proceso resulta de Antonio en texturas unificadas y la fusión de las dos fotografías.
Su inspiración proviene de los propios retratos; se sumerge en la imaginación para dar vida a una imagen que habla de un mundo más profundo, y el momento entre el sueño y la conciencia.
Para ver mas de su obra, podéis visitar la siguiente web: