Acuarela de
Tatyana Ilieva
SER
Ser cuerpo danzando,
dejar los deseos
como aves volar.
Pasar de puntillas
al filo de tus sueños
como bailarina
de imposibles.
Ilusiones compuestas
de claroscuros pasionales
que arrastran los cuerpos
persiguiendo locos
bocetos del no ser,
no sentir,
no pensar.
Dejarnos llevar
por un vuelo
intermitente de alas,
un rumor de hojas
secas al caer,
el viento...
El viento de noviembre,
gélido beso
que llega y pasa.
Beso que nos asombra
con su roce efímero
y nos deja
ausencia en el corazón
y dolor en el alma.
Ser cuerpo danzando,
de puntillas recorrer
cada rincón de ti.
Ser recuerdo indeleble
para que no puedas olvidarme
ni puedas desprenderte de mi.
Ser presencia
que vivencie los mundos,
las esferas,
la luz.
Renacer contigo
nuevamente al alba.
Sin despedidas que duelen
sin amores malogrados
sin pesares que hieren,
que me matan
y te matan.
Y ser ante todo
y ante todos,
dos en una sola alma.
Recorrernos con los ojos
mientras las manos
se acarician y se aman.
Las manos fundiéndose en abrazos,
entrelazando las ganas.
Saciando la sed
de beberse en cada susurro,
en cada suspiro,
en cada palabra.
Ser dos cuerpos danzando
en vez de uno.
Dos cuerpos que danzan
la danza del amor eterno
hasta que les sorprenda el alba
y más allá del alba,
el infinito...
El infinito,
donde no caben distancias.
Ser...
Vuelo de aves que bailan...
En pos del viento...
Buscándose cada noche
hasta alcanzar la madrugada...
Carmen
(1 de noviembre del 2015)
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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