MAESTRO Y APRENDIZ
(Mis reflexiones)
Todos somos maestros y aprendices de nuestras propias realidades.
Efectivamente, todos encarnamos en este plano de 3D con la única misión de aprender a evolucionar tanto física como psíquicamente. Tanto espiritual como emocionalmente.
Cada uno de nosotros, seres encarnados, vinimos a realizar un aprendizaje determinado de antemano por nuestras propias almas. Es por ello que basándonos en lo que nuestras almas saben o aprendieron con anterioridad en otras encarnaciones, aunque en este plano no lo recordemos conscientemente, siempre, invariablemente, nuestros pasos en el Camino se encaminaran a la realización o aprendizaje de aquello que vinimos a completar.
Mi tiempo, no tiene porque ser tu tiempo.
Cada uno de nosotros, (hoy por hoy simples seres humanos aunque lo de simples no sea lo más correcto dada la complejidad de este plano), vamos avanzando o “despertando” a ritmos muy diferentes. Cuando nuestras almas están preparadas para recibir ese conocimiento, asumirlo y aceptarlo, nuestro Ser interior se abre al igual que se abren los ojos de nuestras almas y somos capaces de discernir lo bueno y lo malo.
El peligro viene cuando nos dejamos guiar por “cantos de sirena”, por falsos profetas, adivinos, guías, “iluminados” que no saben ni expresar lo que tratan de decir y se justifican diciendo que lo que ellos opinan o piensan es lo verdadero mientras que los demás estamos equivocados.
Nadie posee la verdad absoluta.
Ni religiones ni gurús. Nadie sabe lo que ocurre dentro de cada uno de nosotros salvo nosotros mismos.
Los métodos que cada uno de nosotros utilizamos para nuestro aprendizaje ya sea la meditación, el recitado de Mantras (no importa el idioma en que esos Mantras estén escritos, si no las vibraciones que nos transmiten), afirmaciones, decretos, etc, etc, son a mi modo de ver, simples herramientas que nuestras almas utilizan para lograr sus objetivos, para ayudarnos a comprender, superarnos y mejorarnos como seres a través de la profundización en nosotros mismos. En una palabra, para ayudarnos a recordar y conducir nuestros pasos por el Camino de retorno a Casa.
Todos somos Luz y somos oscuridad.
Efectivamente, todos somos Luz y somos oscuridad pues la una no existiría sin la otra. Lo que para mí es Luz, quizás para otros sea oscuridad y no por ello ni los otros ni yo estaremos equivocados.
Repito lo que decía al principio:
Todos somos maestros y aprendices de nuestras propias realidades.
Cada uno es Maestro de sí mismo y aprendiz de todos en realidad.
Y como Maestros y aprendices, solo debemos quedarnos con lo que nos vibre a cada momento en nuestros corazones.
Por tanto, de todo aquello que veamos, leamos, escuchemos, nos cuenten, nos digan, sólo debemos tomar lo que nos vibre alto y claro, lo que sintamos que está en sintonía con nuestras almas. Debemos aprender a discernir las verdades ajenas de nuestras propias verdades y lo más importante de todo… Jamás debemos imponer ni permitir que nos sean impuestas, las ideas y vibraciones que puedan tener otros seres.
Es fundamental, llegados a este punto, el no entrar en discusión con otros que vibren en distinta frecuencia a la nuestra. No imponer nuestro criterio, pero tampoco dejar que el criterio ajeno nos alteren nuestra Paz interna. En la aceptación de los demás como seres individuales com sus propias metas y sus distintos ritmos evolutivos, esta la verdadera enseñanza.
Y por último, volver a repetiros pese a poder pecar de pesada:
Todos somos Maestros y aprendices de nuestras propias realidades.
En Amor, por Amor y desde el Amor que YO SOY, vuestra hermana en La Luz del Padre Madre Dios.
Carmen-Drisana