Imagen de Catrin Welz-Stein
ESPERA
A fuerza de esperar,
mi cuerpo echó raíces
y se volvió enredadera.
Trepó por las paredes insalvables
que el tiempo fue levantando,
por asomarse al camino
que habría de traerte de vuelta.
Pero tu no llegaste,
no llegaste ni llegarás ya nunca.
No se que ataduras te atan lejos
ni se si piensas en mí
o quizás ya ni me recuerdas.
No imagino la vida sin ti
y sin ti peno y sufro,
soy llanto que derramo,
esperanza que nace
para morir al instante,
como un suspiro en mis labios.
Y me voy enredando más y más
entre penas y recuerdos,
enredadera cruel
que me ata y me ahoga,
que pone locura desolada
a esta espera sin fin
de esperar lo que nunca llega.
Carmen
(11 de noviembre del 2014)
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