Red Rain
Stefano Corso
CUANDO LLUEVE EN EL CORAZÓN
Me gusta la lluvia.
Me gusta como huelen los días de lluvia. Esa húmeda sensación que te va calando hasta lo más hondo, que se va uniendo a la tristeza que llevo puesta como un sudario.
Me gusta la lluvia y los días lluviosos.
Me he prohibido llorar, ya he llorado bastante en mi vida. He llorado rios que sólo sirvieron para desbordar mis emociones y sentirme sola... Muy, muy sola. Eternamente sola. Creo que es por eso que me gustan tanto los días de lluvia, porque las lágrimas que caen desde las nubes, cubren con su húmeda caricia las lagrimas que no le permito soltar a mi alma.
Me gusta la lluvia y me gusta pasear bajo la lluvia.
Mojarme y sentir como esta va clavando en mi cara y en mis manos las miles de agujitas que parecen acompañarla. Las calles desiertas acompañan mis pasos, esos pasos que resuenan mientras mis pies van salpicando intencionadamente por los charcos, confundiendo el repiqueteo de mis tacones con el golpeteo del agua al caer.
Me gusta la lluvia y me gusta como me hace sentir renovada.
Es como si al mojarme, la lluvia arrastrara por unos segundos esta pena honda que me embarga. Como si en verdad, me abrazaran. Como si un ser invisible, inmenso y mojado, me rodeara con sus fuertes brazos y me cobijara contra su pecho. Y entonces sólo siento la necesidad de diluirme, de ser lluvia yo también, de dejarme arrastrar por el olvido y ser tragada por la boca de alguna alcantarilla hasta perderme en la nada... Infinita... Caer, correr por las calles, bajo las calles, unirme a un rio, llegar a algún lejano mar, dejarme evaporar por los rayos del sol y volver a comenzar...
Me gusta la lluvia.
Si vuelvo a nacer alguna vez, pediré ser agua. Sólo así, quizas mi existencia tenga sentido y pueda sentir que sirvió de algo. No quisiera sentir que como en esta, mi vida no ha servido de nada ni para nada.
Carmen
(24 de enero del 2016)
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"Omnia mea mecum porto"
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