REFLEXIÓN POR SAN VALENTÍN
Por
Carmen- Drisana ©
Siempre me he preguntado cual sería el motivo de dedicar un solo día del Año al Amor y a los enamorados y nunca he encontrado otra respuesta más que la lógica de que nuevamente ese día señalado es tan solo algo comercial. Otra de las imposiciones humanas para tenernos sometidos y aleccionados.
San Valentín… El Santo del Amor elegido para tal conmemoración y del cual ni los historiadores romanos ni la Santa Iglesia de Roma, se ponen de acuerdo para decirnos quién fue en realidad.
Unos afirman que Valentín (o Valentino) fue un hereje, quien no logrando obtener los favores del papado para ser arzobispo, renegó de la fe y abrazó el gnosticismo, fundando una secta secreta.
Mientras, otros dicen que fue un mártir cristiano fallecido en Roma, el 14 de febrero del año 273, por orden del emperador Claudio II, ya que según cuenta la leyenda Valentino se opuso a un edicto imperial que prohibía el matrimonio a las parejas en aquel año porque necesitaba hombres para su ejército. Sin embargo, algunos otros contradicen eso y aseguran que no hubo tal oposición de Valentino y que él murió en Terni, en el año 306. En fin, que sobre este asunto, los investigadores no han logrado ponerse de acuerdo.
Lo único que tenemos claro es que hoy por hoy es tan sólo un símbolo que los grandes comercios explotan en su propio beneficio organizando grandes campañas destinadas a que como borreguitos, pasemos por el aro del consumismo desmedido y así poder lucrarse con nuestro amante amor desmedido y a veces, hasta mal comprendido.
El Amor y el Enamoramiento, son sentimientos que están totalmente enfocados en la otra persona, en qué es lo que piensa, que quiere, que siente y va restándonos importancia a nosotros mismos y nuestros sentimientos. El AMOR, así, con mayúsculas, es el sentimiento más puro y primario que podamos sentir y que podamos vibrar en nuestros corazones. Amar a alguien es estar en una frecuencia limpia, constante e incondicional. Amar a una pareja, a un hijo, a cualquier ser que establezca algún tipo de relación con nosotros, es lo más hermoso que nos pueda pasar.
Pero ese Amor sano y puro llega después de amarse primero a uno mismo. Jesús el Cristo nos dijo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”; pero los humanos, al enamorarnos, tendemos a olvidarnos de esta parte de amarnos a nosotros mismos primero, para pasar directamente a amar al objeto de nuestro deseo dando por correcto que así es como debe ser el Amor. Y la verdad es que nada más alejado de la verdad y de nuestra salud mental y corporal, porque cuando sentimos que estamos dando sin recibir nada, enfermamos de alguna manera. Cuando amamos sin amarnos, surgen una serie de problemas colaterales que nos hacen tambalearnos… miedo a la pérdida del ser amado, envidias, celos… Sufrimientos innecesarios todos ellos que no existirían si antes que nada nos amaramos y valoráramos a nosotros mismos consiguiendo así que nuestro amor fuera más puro, sin rencores y sin esperar nada a cambio y de esta manera, los demás serían libres de sentir lo mismo por un@ (o no), pero el Amor sería autentico.
El amor propio no tiene nada que ver con el ego, son dos cosas totalmente diferentes aunque tendamos a confundirlos. El ego nos separa de aquello que queremos, el amor propio, el amor por uno mismo, nos acerca. Sólo queriéndonos mucho, podemos dar amor sin egoísmo, sin cobrar de alguna manera lo que damos, sin pasar factura al ser que amamos ni hacerle chantaje emocional.
El Amor, es algo que deberíamos festejar cada uno de los días de nuestras vidas… Primero el amor por nosotros mismos, porque en realidad así honraríamos al Padre al reconocernos en ÉL. Amar sin condición la Creación de nuestro Padre Madre, es la máxima expresión del Amor y reflejar ese Amor Incondicional en nuestros semejantes, es la culminación de su Obra.
Está bien que recordemos y agasajemos al ser amado un día especial como el 14 de febrero y que ese día le pongamos por nombre San Valentín, pero acostumbrémonos a festejar el AMOR cada nuevo amanecer sin más condición.
Espero que este San Valentín améis mucho y seáis amad@s, pero sobre todo espero que siempre tengáis presente el auto-amor.
¡FELIZ SAN VALENTÍN PARA TOD@S!
Carmen-Drisana
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