jueves, 30 de noviembre de 2017

LA MUERTE DE LA POLILLA. The Death of the Moth, Virginia Woolf (1882-1941)


LA MUERTE DE LA POLILLA.
The Death of the Moth, Virginia Woolf (1882-1941)

No es propio llamar polillas a las que vuelan durante el día. No estimulan en nosotros esa placentera sensación de noches veraniegas oscuras y de hiedra en floración que la variedad más común, de alas secundarias amarillas y que duerme a la sombra de la cortina, nunca deja de provocarnos. Son criaturas híbridas, ni alegres como las mariposas ni sombrías como las de su propia especie. No obstante ello, el espécimen presente, con sus estrechas alas color paja, orladas con borlas del mismo color, parecía satisfecha con la vida.

Era una mañana placentera a mediados de septiembre, suave, benigna y sin embargo con un aire más nítido que el de los meses de verano. El arado dejaba ya surcos en el campo frontero a la ventana y allí donde la reja había estado la tierra quedaba plana y brillaba de humedad. Tal vigor llegaba de los campos y de las colinas lejanas, que era difícil la exigencia de mantener los ojos sobre el libro. También las cornejas se dedicaban a una de sus festividades anuales; planeando sobre las copas de los árboles hasta simular que una red vasta, hecha con miles de nudos negros, había sido lanzada al aire; la cual, tras algunos momentos, se hundía lentamente en los árboles, hasta que cada rama parecía tener un nudo negro en la punta.

De pronto la red era lanzada al aire de nuevo, en un círculo mayor ahora, en medio de un clamor y una vociferación extremos, como si el verse lanzado al aire y vuelto con lentitud a las copas de los árboles fuera una experiencia tremendamente excitante.

La misma energía que inspiraba a las cornejas, a los labriegos, a los caballos e incluso, se diría, a las leves colinas desnudas, enviaba a la polilla, en plena agitación, de un lado al otro del cuadrado formado por el panel de la ventana. Era imposible no observarla. Se estaba, de hecho, consciente de un extraño sentimiento de piedad por ella. Esa mañana las posibilidades de gozo parecían tan enormes y tan variadas, que sólo tener en la vida el papel de polilla, y encima de una polilla diurna, sonaba a un destino duro, como patético era su celo de disfrutar en plenitud esas magras oportunidades.

Volaba con energía hasta una esquina de su compartimento y, tras aguardar allí un segundo, hacia la opuesta. ¿Qué le quedaba sino volar hasta la tercera esquina y luego la cuarta? Era lo único que podía hacer a pesar del tamaño de las colinas, la anchura del cielo, el humo lejano de las casas y, de vez en cuando, la voz romántica de un vapor allá en el mar. Lo que podía hacer lo hacía. Observándola, se diría que una fibra, muy delgada pero muy pura, de la enorme energía del mundo había sido introducida en ese cuerpo débil y diminuto. Tan a menudo como ella cruzaba el panel podía yo imaginar que se hacía visible un hilo de la luz vital.

Era apenas o solamente vida.

Sin embargo, por ser una forma tan pequeña y tan sencilla de la energía que se iba introduciendo por la ventana abierta y forzando su curso por tantos corredores estrechos e intrincados de mi cerebro y del de otros seres humanos, algo había en ella de maravilloso y a la vez patético. Es como si alguien hubiera tomado un abalorio de pura vida para dotarlo, del modo más ligero posible, de vello y plumas, poniéndolo a danzar y a zigzaguear para mostrarnos la verdadera naturaleza de la vida.

Así expuesto, era imposible olvidar la maravilla de todo aquello. Se es proclive a olvidarse de la vida, viéndola encorvada y dominada y aderezada y oprimida de modo tal que ha de moverse con la mayor circunspección y dignidad. Uña vez más, la idea de todo lo que esa vida pudiera haber sido de nacer con cualquier otra forma, nos hace ver con una especie de piedad sus sencillas actividades.

Al cabo de un tiempo, al parecer cansada de sus danzas, se posó en el borde de la ventana, al sol. Habiendo terminado el curioso espectáculo, me fui olvidando de ella. Luego, cuando levanté la vista, atrajo mi mirada. Intentaba reanudar su baile, pero parecía tan rígida o tan torpe que sólo pudo aletear hasta la base del panel. Y en el intento de cruzarlo de un vuelo, fracasó. Ocupada en otras cuestiones, por un tiempo observé aquellos intentos fútiles sin pensar, esperando inconscientemente que la polilla reasumiera su vuelo, tal como se aguarda que una máquina, detenida por un momento, arranque de nuevo sin buscarle la razón del fallo.

Al cabo de tal vez siete intentos, resbaló del borde de madera y cayó, con un revoloteo de alas, de espaldas en el antepecho de la ventana. El desamparo de su actitud me alertó. De pronto me vino la idea de que estaba en dificultades, de que ya no podía levantarse, de que sus patas luchaban en vano. Pero cuando acerqué el lápiz pensando en ayudarla a enderezarse, comprendí que ese fracaso y esa torpeza eran el acercamiento de la muerte.

Abandoné el lápiz.

Las patas se agitaron una vez más. Miré como buscando al enemigo contra el cual la polilla luchaba. Miré hacia el exterior. ¿Qué había ocurrido allí? Presumiblemente era mediodía y toda labor había cesado en los campos. Calma y silencio reemplazaban a la animación anterior. Los pájaros se habían alejado, para alimentarse en los arroyos. Los caballos estaban inmóviles. Sin embargo y pese a todo allí fuera estaba el poder, masivo, indiferente, impersonal, sin prestar atención a nada en lo particular.

Por alguna razón opuesto a la pequeña polilla color paja. Era inútil intentar algo. No quedaba sino observar los esfuerzos extraordinarios hechos por aquellas patas diminutas contra un destino cercano que podía, de proponérselo, sumergir una ciudad entera y no sólo una ciudad sino masas de seres humanos. Nada, lo sabía, tenía oportunidad alguna contra la muerte. No obstante, tras una pausa de agotamiento, las patas volvieron a estremecerse. Esta protesta última era soberbia; y tan frenética, que la polilla consiguió al fin enderezarse.

Desde luego, nuestras simpatías estaban todas con la vida. Además, no habiendo nadie que se preocupara o se interesara, este esfuerzo gigantesco por parte de una polilla insignificante y en contra de un poder de tal magnitud, para conservar lo que nadie más valoraba o deseaba, conmovía de un modo extraño. De nuevo, de alguna manera, veíamos vida, un puro abalorio. Levanté el lápiz una vez más, incluso sabiéndolo inútil. Pero según lo hacía, asomaron las señales inequívocas de la muerte. El cuerpo se relajó para en un instante quedar rígido.

La lucha había terminado. Aquella criatura pequeña e insignificante conocía ya la muerte. Al mirar esa polilla muerta, me llenó de asombro este diminuto triunfo marginal de una fuerza tan grande en contra de un antagonista así de menor. Tal y como la existencia había sido extraña unos minutos antes, extraña era en este momento la muerte. La polilla, habiéndose enderezado, yacía ahora en un sosiego de lo más decente y resignado.

Ah sí, parecía decir, la muerte es más fuerte que yo.



Virginia Woolf (1882-1941)

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*La muerte de la polilla (The Death of the Moth) es un ensayo de la escritora inglesa Virginia Woolf (1882-1941), publicado en la antología de 1942: La muerte de la polilla y otros ensayos (The Death of the Moth and Other Essays).

La muerte de la polilla, nos plantea una situación cotidiana que súbitamente se convierte en algo trascendente: ella se encuentra leyendo en un cuarto; de afuera se manifiestan señales de una fuerza, una energía, que no le permite mantener la atención sobre el libro. Es la vida, representada en una simple polilla, quien la interrumpe.

De este modo Virginia Woolf nos transporta en un viaje maravilloso sobre lo grandiosa y patética que es la vida, un viaje que no está libre de peligros; por el contrario: en cada paso, en cada encuentro con la polilla, uno arriesga su propia existencia.

En resumen: podríamos decir que La muerte de la polilla examina de forma fantástica el sentido de la vida y la muerte.



lunes, 27 de noviembre de 2017

ASÍ FUE LO QUE PASÓ


ASÍ FUE LO QUE PASÓ

“Lo tuyo fue la intermitencia y la melancolía, 
lo mío fue aceptarlo todo por que te quería.”

-Ricardo Arjona-



“Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, 
y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. 
No nos contaron que ya nacemos enteros, 
que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas 
con la responsabilidad de completar lo que nos falta.”

-Jhon Lennon-



“No me interesa que me quieras “mucho”, 
sino que me quieras bien y cada día mejor. 
El amor no es cuestión de cantidad”.

-Walter Riso-



"Es tan corto el amor y tan largo el olvido..." 

– Pablo Neruda – 





domingo, 26 de noviembre de 2017

SABERLO TODO


SABERLO TODO

La noche
se hizo para mirarte
mientras duermes
y admirar tu quietud, con ternura,
decirte cosas al oído,
saber que estás en paz..

Saber que amarte
es saber todo.


Manu Cáncer*



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*Manu Cáncer es un poeta español contemporáneo nacido en Bilbao donde vivió su infancia y su primera juventud.

Se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Deusto, carrera que nunca ha ejercido. Después de recorrer 
varias ciudades españolas, se estableció en Madrid donde actualmente reside.

Su primera obra poética «Grita»,  fue publicada en 1980 y luego  ha seguido trabajando con diversos estudios 
poéticos entre los que  sobresale «Blues de todos los jueves». ©


Fuente: http://amediavoz.com/cancer.htm

CRUCE DE CAMINOS


CRUCE DE CAMINOS

- Te quiero. - Dijo él.

- Yo te quiero aún más. - Calló ella.

Se miraron a los ojos por un tiempo, se tomaron de las manos otro tiempo más y a la vuelta de un recodo, el tomó la senda que le volvía al sur y ella siguió por la senda que la llevaba al norte separando así definitivamente sus caminos. 


Carmen

(26 de noviembre del 2017)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo

EL AMOR VOLÓ


EL AMOR VOLÓ

Soñó que había encontrado el amor de su vida y que este la llevaba a volar muy alto, tan alto, que cuando despertó su amor había volado solo y el batacazo que ella se pegó le hizo añicos el corazón.

Carmen

(26 de noviembre del 2017)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo

sábado, 25 de noviembre de 2017

ALMA MÍA - - Luz Casal


ALMA MÍA
Luz Casal


Alma mía, sola, siempre sola
Sin que nadie comprenda
Tu sufrimiento, tu horrible padecer
Fingiendo una existencia siempre llena
De dicha y de placer, de dicha y de placer.

Si yo encontrara un alma como la mía
Cuántas cosas secretas le contaría
Un alma que al mirarme sin decir nada
Me lo dijese todo con su mirada

Un alma que al mirarme con suave aliento
Al besarme sintiera lo que yo siento.
A veces me pregunto que pasaría
Si yo encontrara un alma como la mía.

Cuántas cosas secretas le contaría
Un alma que al mirarme sin decir nada
Me lo dijese todo con su mirada.

Un alma que al besarme con suave aliento
Al besarme sienta lo que yo siento.
A veces me pregunto que pasaría
Si yo encontrara un alma, como la mía.

lunes, 20 de noviembre de 2017

FUE SU PECADO


"Mujer mordiendo una manzana"
Benjamin Lacombe*

FUE SU PECADO

Fue su pecado más jugoso,  su mayor error quizás. Pero esta vez, la manzana de la discordia se la entrego Adán a su Eva particular.


Carmen

(20 de noviembre del 2017)


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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo





"Jardín Prohibido"
Sergio Dalma


*Benjamin Lacombe es un jovencísimo ilustrador y autor francés, nacido en Paris en 1982. Sus ilustraciones se destacan por un estilo caricaturesco que denotan elegancia, fragilidad y melancolía. La imagen que elegí para mi nanorrelato, pertenece a su ilustración del cuento de los hermanos Grimm, "Blancanieves", de la editorial Milan Jeunesse.

domingo, 19 de noviembre de 2017

QUIZÁS...


QUIZÁS...

Quizás algún día nuestras almas vuelvan a encontrarse más allá del horizonte. Del tuyo, del mío, de todos los horizontes posibles. De los horizontes que nos vieron nacer y crecer y más tarde encontrarnos para perdernos y de todos esos posibles horizontes que imaginamos y rechazamos por miedo a querernos demasiado.

Quizás algún día, cuando mire atrás, vuelva a encontrarme contigo en mis recuerdos y vuelva a amarte, vuelva a sentirme tan tuya como lo era entonces, antes de que me rechazaras sumiéndome en ese pozo de dolor en el que me ahogaste.

Quizás un día lejano, quizás sea en tu lecho de muerte, vuelvas a acordarte de mi persona y tus ojos se llenen de lágrimas mientras te preguntas qué habrá sido de mí, de aquel pobre ser  que tanto te dio y al que tanto humillaste. Y quizás, sólo quizás, sientas remordimientos entonces por todo el dolor que me causaste y pidas perdón al Altísimo, que habrá en mi nombre de perdonarte.

Quizás para entonces yo sea el feliz verso en el poemario de otro amor que sepa amarme.

Quizás la luna que tanto quisimos ambos, siga iluminando nuestros destinos aunque yo ya no desee ver su brillo de plata ni mi corazón teja ya sueños que llenen el silencio que me regalaste.

Quizás trates de encontrarme en el espacio que existe entre esos dos mundos tan diferentes que son el tuyo y el mío y te pierdas en las sombras grises que pueblan los espacios que no lograron conquistar nuestras presencias  amantes.

Quizas... Sólo quizás...

Quizás yo te busque y no te halle...

Quizás tu me busques y no me encuentres ya...

Quizás...

Quizás sea este el castigo que debamos pagar por no haber sabido aprovechar la oportunidad que no se le ofrece a casi nadie.

Quizás...



Carmen

(19 de noviembre del 2017)



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AQUEL MUNDO DE ILUSIONES


AQUEL MUNDO DE ILUSIONES

Construimos un mundo de ilusiones
donde tu eras el rey y yo la reina,
donde no existían el dolor ni la pena
y el cielo era de un azul intenso.

Construimos un paraíso
a la medida de nuestros sueños.
donde solo cabíamos tu y yo
y nuestro amor inmenso.

Aquel mundo de ilusiones,
quedó convertido en nada,
se perdieron las ganas de amarnos,
se esfumaron como humo al viento.

En aquel mundo de ilusiones
quebramos en un suspiro
nuestros corazones, hoy mudos,
junto a nuestros marchitos sueños.


Carmen

(19 de noviembre del 2017)


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Soy todo lo que tengo 


miércoles, 15 de noviembre de 2017

SUEÑOS AL VIENTO


SUEÑOS AL VIENTO

Mis últimos sueños han partido
impulsados por el febril viento.
Arrastrados por la tormenta
que causo su ira
y provocó en mi tanto tormento.
Mis últimos sueños volaron
llevados por el viento
de este octubre, 
que como mis ojos,
se mostró seco,
muy seco.
El ímpetu de su viento,
airado de orgullo,
ahíto de rabia,
henchido de soberbia
se los ha llevado lejos,
muy lejos,
donde no volveré a verlos.
Mis últimos sueños han muerto
llevados a hombros
de su mal viento.


Carmen

(15 de noviembre del 2017)


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Soy todo lo que tengo


LO QUE LA VOZ CALLA


LO QUE LA VOZ CALLA

Su mirada se pierde en la lejanía de un horizonte incierto, brumoso, desdibujado en la neblina gris y fría que envuelve el otoño.

En sus ojos, agazapada, luchando desesperadamente como un conejo asustado entre la maraña de sus pestañas, la tristeza pugna y amenaza con aflorar, con abrir las compuertas que contienen el caudal de su dolor y verterlo en un llanto sin fin.

Un suspiro hondo aflora de su garganta desde lo más intimo de su ser, empaña el cristal helado y quisiera gritar, gritar al mundo lo que su voz calla, lo que nunca dirá a nadie, lo que por siempre guardará en su corazón bajo siete llaves.

Un escalofrío recorre su espalda y siente el abrazo invisible de aquel que se fue dejándola abandonada a su suerte. ¡Cobarde!

Ella sabe que va a morir, lo sabe y aún así, no se lo dirá a nadie. A él mucho menos. No quiere su pena ni su compasión. No, no sabrá nada.

¡Ojalá el llanto brotara!

¡Ojalá pudiera llorar su mala suerte! Pero ya no le quedan lágrimas, él se las llevó todas tras de sí con su marcha y tan sólo le ha dejado las ganas.

Triste soledad de quien en solitario ama y su dolor amarra al pecho con veinte nudos, impotente, mientras piensa en... Lo que la voz calla.


Carmen

(15 de noviembre del 2017)


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Soy todo lo que tengo

martes, 14 de noviembre de 2017

UNA CONVERSACIÓN TRANQUILA


UNA CONVERSACIÓN TRANQUILA

Sí, seguramente eso fue lo que les faltó... Una conversación tranquila, sin quejas ni duelos, sin dramas, sin juicios ni sentencias. Solo hablar por hablar con serena calma.



Bliss ~ A Quiet Conversation
Pinturas de Montserrat Gudiol


Sí, seguramente eso fue lo que les faltó... 



Kevin Laliberte ~ El Ritmo De Amor
Pinturas de Anita Burnaz


Les falto imprimir a sus palabras el dulce ritmo del amor...



Gary Moore ~ Nothing s the same
Pinturas de Victor Bauer


Ya nada es igual... Todo terminó...



Chantal Chamberland ~ Don't Explain
Pinturas de Loui Jover


Y ninguno de los dos se explica, como llegaron a esa situación...



Chris Rea ~ Somewhere Between The Stars (Santo Spirito)
Pinturas de Dorina Costras


En algún lugar entre las estrellas, seguirán buscándose. Tratarán de llenar sus corazones de más amor...



Nicki Parrott - I Will Wait For You
Pinturas de Erica Hopper


Y aunque todo lo hicieron el uno por el otro, no fue suficiente...



Aretha Franklin - A Song For You
Pinturas de Richard Blunt


Seguirán eternamente, escribiéndose ambos una canción que ya no escuchará ninguno de los dos.



Willie Nelson & Alison Krauss ~ No Mas Amor
Pinturas de German Aracil


Y vagaran eternamente solos, buscándose siempre, aunque hoy piensen que no les queda más amor.



Carmen
(14 de noviembre del 2017)


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lunes, 13 de noviembre de 2017

Y AHÍ SIGO...


 Y AHÍ SIGO...

Hace frío. Un frio intenso que llega mecido por el viento. Un viento que arrasa, arrastra mis lágrimas llevándoselas lejos, muy lejos. Pero cuando el viento amaina, el frío se vuelve más intenso y hiela en mis retinas, la sombra de tu recuerdo.

Hace frío. Y pienso en cómo será ese otro frío de cementerio que hoy hiela tus huesos. 

Hace ya tanto tiempo... 

Te volviste recuerdo al que regresar, refugio de todos mis desconsuelos. Y quisiera, hoy más que nunca, tenerte aquí de nuevo. O poder unirme a tí en tu frío destierro. 

Sombra que siempre me acompaña porque nunca hallaré la luz suficiente para poder alumbrar el espacio que tu dejaste ciego.

Hace frío y ahí sigo...

Mirando al frente sin esperanza pero también sin pesares que lastren mi cuerpo. Porque la vida continua aunque tu ya no estés, aunque me hayas dejado tan sola, aunque hayas preferido la compañía de todos los muertos.

Y ahí sigo...

Sola... Abandonada a mi suerte siempre... Sorteando una mentira tras otra de esos amores que aparecen y desaparecen como el humo de un cigarrillo que también se llevara el viento. Mentiras, sólo mentiras que me cuento en las noches de insomnio tratando de alejar los fantasmas que son mi tormento.

Hace frio, sí.

Hace frío y ahí sigo...

Impertérrita, sorteando  la vida paso a paso, metro a metro.

Dejándome volar mientras veo pasar frente a mis ojos todos mis recuerdos.  Tu ya no estás para abrazarme, para darme paz en mi desconsuelo y sólo me queda el recuerdo, cada vez más borroso del calor de tu abrazo y el color de tus ojos gris acero.

Hace frío y ahí sigo...

¿Hasta cuándo?

Hasta que lo quiera el cielo...



Carmen

(13 de noviembre del 2017)



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Tu recuerdo 
Ricky Martin & Chambao

martes, 7 de noviembre de 2017

TRAS MIS OJOS


TRAS MIS OJOS

Tras mis ojos cerrados,
cansados de tanto llanto,
cansados de mirar a lo lejos
esperando ver a aquel
que tanto abandono
me ha regalado,
aún guardo los sueños
tantas veces despreciados.
Tras mis ojos cerrados,
guardo aún la esperanza
de ver llegar un día
el amor tan deseado.
La verdad de la esencia
que encaje con la luz
de la esencia mia
y sepa llevarme al cielo
con una sola palabra,
con una sola caricia.
Tras mis ojos cerrados
espero paciente
la llegada del alma
que abrace el alma mia
y me lleve a volar
por el inmenso cielo
y sepa hacer de su corazón
el balsamo que cure
todas mis pasadas heridas.
Tras mis ojos cerrados...
Aguardo la llegada
del amor...
Quizás del tuyo que me lees...
Pregúntale a tu alma
si conoce al alma mia,
porque tras mis ojos cerrados
te aguarda mi corazón
para amarte sin medida.


Carmen

(7 de noviembre del 2017)


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Soy todo lo que tengo

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