Tanto tiempo sentada a la orilla de todo, al filo del abismo...
Tanto tiempo esperando lo que nunca la alcanzaba, viviendo de sueños que nunca cuajaban, dando, regalando de si misma hasta el alma...
Tanto, tanto dolor soportado, tanta tristeza llorada, tanta soledad...
Tanto vivir la vida viéndola vivir a los demás. Dibujando en su rostro una sonrisa amable mientras la pena le mordía el corazón...
Tanta incomprensión recibida, tanto egoísmo soportado... Tantas cosas queridas perdidas...
... Tanto tiempo... Tanto... Que no se dio cuenta hasta el final, de que con el tiempo, la pena, el dolor, la tristeza y la soledad soportadas, le habían ido creciendo alas con las que podría si ella quisiera, echarse a volar.
***Laura Victoria fue una escritora colombiana que nació en Soatá en el año 1904 y falleció en Ciudad de México en mayo de 2004. Su verdadero nombre era Gertrudis Peñuela, aunque escogió el seudónimo para publicar sus trabajos; de todas formas se la recuerda por ambos nombres.
Se caracterizó por ser una poetisa que cultivó con especial vigor la poesía erótica y sentimental, a través de un toque de pulida sensualidad y una exquisita calidad literaria. Sus últimas obras fueron poemas con un estilo místico; según lo explican sus biógrafos, dicho cambio en su escritura se debió a un viaje que realizó por Tierra Santa que la marcó profundamente en su vida personal y artística.
Cabe mencionar que se la considera una destacada protagonista de la poesía del siglo XX y su nombre se encuentra emparejado con el de personalidades indiscutibles de la lírica latinoamericana, como lo fueron Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini, Rosario Sensores y Alfonsina Storni.
Perteneció a la Academia Colombiana de la Lengua y también realizó labores periodísticas en diferentes medios de la época.
Entre sus obras más importantes pueden mencionarse "Llamas azules", "Cráter sellado", "Viaje a Jerusalem" y "Cuando florece el llanto".