miércoles, 11 de marzo de 2015

DESCONSUELO


Ilustración de Andrew Ferez

DESCONSUELO

No existe el consuelo para tanto dolor.
Tus palabras, hierros candentes,
quemaron mi alma y horadaron
hiriéndolo de muerte mi corazón.
No existe el consuelo, no.
Soy como el árbol antiguo
que ve secarse sus hojas,
quebrarse sus ramas,
bajo la tempestad,
bajo el hielo frío,
tantas lágrimas derramadas,
tanto imposible dolor.
Para mi que tanto te quise,
que tanto sacrifique,
que tanto de mi te di,
jamás hubo un segundo de comprensión.
Solo contaron tus sentimientos,
los míos, los míos eran obligación.
Tu me amabas hasta más allá del infinito,
yo apenas te amé según tu 
y tus deducciones, amor.
No existe el consuelo, no.
Desconsolada, condenada por siempre
a vivir por ti en esta desolación,
con las esperanzas perdidas,
los sueños rotos,
inmersa en la noche negra
del más negro desamor.
Desconsolada, abandonada,
sola con mis tristezas y mi dolor.


Carmen

(11 de marzo del 2015)


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